El Algeciras CF ha dejado atrás un primer mes de 2023 decepcionante, en números rojos. El equipo de Iván Ania solo ha sumado tres puntos de los doce disputados en enero y ha sido el cuarto conjunto que menos que ha puntuado del grupo I de la Primera Federación. Esta deriva ha metido de lleno a los albirrojos en la lucha por la permanencia, a solo dos puntos de los puestos de peligro y con dos citas fundamentales en el horizonte: Talavera y Ceuta.

El empate cosechado el pasado domingo ante el Badajoz en un Nuevo Mirador donde sigue negada la victoria fue el broche de un primer mes del nuevo año muy por debajo de lo esperado. El Algeciras solo ha podido rascar algo a base de igualadas y aparece entre los cinco peores de esa ficticia clasificación de enero. Únicamente el Fuenlabrada (dos puntos), el Pontevedra (uno) y el Mérida (cero) han protagonizado un arranque más nefasto que los algeciristas en términos numéricos.

Equipos que llevan toda la temporada en el fango como el Ceuta (cinco puntos), el Talavera (siete) o el Rayo Majadahonda (nueve) han rentabilizado mucho mejor un último mes que ha tenido como mejores conjuntos a la resucitada Balona de Rafa Escobar y a un Celta B que ya es firme aspirante al playoff de ascenso.

El Algeciras comenzó 2023 con mal pie en Valdebebas, en un partido que tuvo para ganar y que perdió en el último momento. El siguiente empate ante el Linares, en un encuentro alocado, también se plasmó en el tiempo añadido. Las tablas en Salamanca y el último punto ante el Badajoz han dejado cierta mejoría en cuanto a sensaciones y juego, pero la realidad es que los de Ania necesitan algo más que intenciones para sostener en la clasificación.

El Algeciras no puede permitirse otro mes como enero, de lo contrario caerá en un pozo del que cuesta salir. Por lo pronto, los dos próximos partidos van a marcar el futuro inmediato de una plantilla que va a empezar a jugar finales: el próximo sábado en Talavera y el domingo siguiente ante el Ceuta, en la vuelta del Derbi del Estrecho. Dos rivales en puestos de descenso, dos adversarios directísimos. Lo positivo, si es que quiere verse así, es que los de Iván Ania van a tener en sus manos revertir de golpe esta situación o no.

El Nuevo Mirador, negado

La situación actual de un Algeciras que no conoce el triunfo en 2023 viene arrastrada de la derrota fea con la que despidió 2022, ante el Pontevedra y en casa. A los de Ania se les ha enconado el Nuevo Mirador y no es algo nuevo. Este mal empezó a detectarse en el tramo final de la pasada andadura y se ha reproducido desde que comenzó la competición 22/23.

Desde finales de octubre, los algeciristas solo han celebrado una victoria en su templo, una sola, un saldo insuficiente para cualquier equipo que pretenda estar en una zona tranquila de la clasificación.

Un mercado extraño

El Algeciras apura la cuenta atrás del mercado de invierno con la única incorporación de Mario Ortiz (Pontevedra), inédito todavía por la lesión con la que vino. El mediocentro apuntaba a debutar el pasado domingo pero ni salió a calentar. Los albirrojos han dado salida a tres jugadores que no iban a contar con minutos como César García, el sub-23 Mizzian y Unai Veiga.

La operación salida ha funcionado aunque ha tomado su tiempo. La puerta de llegada, sin embargo, presenta una falta de actividad preocupante para buena parte de la afición. La hinchada esperaba refuerzos que son evidentes y necesarios en varias posiciones, pero el club ha optado por una manera de conducirse en el mercado que se antoja algo arriesgada. Iván Ania aseguró tras el empate con el Badajoz que podría ser que no llegase refuerzo alguno si se cayesen las opciones que están abiertas. ¿Sería capaz el Algeciras de jugarse el tipo en la segunda vuelta con tres fichas libres? ¿O es un farol?

Los del Nuevo Mirador, una vez acabe enero, tienen también la posibilidad de firmar a un profesional en paro, entre los que están los jugadores de las selecciones AFE. Alguno ha sonado incluso, pero Ania aseguró que no es lo más deseable.