El fútbol una veces te da y otras te quita. El balón no se casa con nadie pero ayer la victoria se decantó para el que más la buscó. El Club Deportivo San Roque sumó sus primeros tres puntos de la temporada merced a un triunfo construido sobre una base de mucho orden y derroche físico, con ratos de buen toque y con un latigazo de Manuel que noqueó al CD Pozoblanco. Todo salió a pedir de boca el día que la afición sanroqueña despidió con un sentido homenaje a su gran capitán, Iván Peña, que realizó su último servicio antes de colgar las botas.

El San Roque del algecireño Diego Pérez Yiyi agradó en su puesta en escena en casa, con mucho por mejorar -como todos a estas alturas- pero con argumentos para pensar que pueden dar otras muchas alegrías a los fieles que acuden al Municipal Manolo Mesa. Después de un debut con un tropiezo un tanto inmerecido en Lebrija, esta vez sí los rojillos acompañaron su propuesta de juego con el resultado. El Sanro se labró su primera victoria por derecho, tanto que se antojó corta tras lo visto en la segunda mitad cuando los locales perdonaron la goleada ante un Pozoblanco ya desarbolado y con uno menos. Sin embargo, lo que es el fútbol, el portero tarifeño Goito salvó en el tiempo añadido lo que habría sido un empate bastante agridulce.

Este San Roque tiene otra pinta al de la pasada campaña. En mayo se verá si mejor o peor, pero desde luego es otra historia. El equipo rojillo se hartó de correr cuando no encontró el camino -con el barreño Álvaro Hernández Pinchi como portento físico- y dejó momentos muy buenos cuando el enemigo se abrió de carnes. Cuando les dejan asociarse a los Nacho, Reyes, Ismael, Hoyos y compañía es increíble la capacidad de ataque que puede tener este San Roque, un conjunto que cuenta en punta de lanza con un auténtico depredador del área como el algecireño Manuel. Ayer clavó un derechazo rompedor, se topó con el palo de cabeza y perdonó el doblete un par de veces. Sí está fino es garantía de gol. Yiyi confirmó también que va a dar muchos minutos a Kikín. El juvenil se soltó en el centro del campo y la grada ya ve en él al heredero marca de la casa de Iván Peña.

El duelo vivió una primera mitad con el sello propio de la Tercera división. Ambos conjuntos parejos, concentrados en no meter la pata. Los rojillos llevaron el timón la mayor parte del tiempo ante un Pozoblanco demasiado verde. Los vallesanos, plagados de gente joven, tienen cositas interesantes -Raúl Amarilla tiene planta de buen delantero- pero carecen de oficio a pesar de contar con algún viejo rockero como el exbalono Moyano. El primer aviso lo dio Dani Hoyos con un disparo alto en el minuto 27. Poco después Reyes estuvo a punto de rentabilizar un fallo en la salida del meta Choco (31'). El Sanro se entonó justo antes del descanso y Nacho Fernández, de zurdazo en el 40', e Ismael, de remate acrobático en el 41', levantaron al público de sus asientos.

Tras el respiro del intermedio -agua de mayo con el sofoco del mediodía-, los de Yiyi mantuvieron la tónica ascendente ante un Pozoblanco al que se le empezó a torcer el asunto. Abraham se lesionó nada más saltar al campo y el técnico cordobés tuvo que enmendar sus planes. Toma y daca, así hasta que en el minuto 62 un acercamiento de Amarilla que atajó Goito originó un contraataque que culminó Manuel con un zarpazo alto y fuerte encañonado a la red.

El gol del San Roque pegó como un mazazo en un rival que diez minutos después se descompuso del todo por la expulsión de su capitán. El veterano Alberto Fernández vio la segunda cartulina por protestar. Los rojillos dieron un paso al frente y se comieron a su adversario. Con todo de cara saltó al césped Iván Peña con una sonora ovación. Con el 'capi' en la cancha pudo llegar el segundo tanto. Un centro de Pinchi acabó con un cabezazo de Manuel que repelió un poste en el 77'. Un minuto después la tuvo Dani Hoyos y en el 82' de nuevo el ariete algecireño disfrutó de un mano a mano que mandó fuera por poco.

Perdonó el San Roque el descabello y como suele suceder el rival herido dio la última dentellada. Ocurrió en el minuto 93 por medio de una doble ocasión de Raúl Amarilla que desbarató en plena melé un providencial Goito. El tarifeño solventó de diez el poco pero peligroso trabajo que tuvo, sobre todo a balón parado.

Y al instante del susto llegó el ansiado pitido final y la alegría se apoderó del Municipal Manolo Mesa, que rindió reconocimiento a Iván Peña por sus muchos años dedicados al fútbol modesto, aunque él siempre lo hizo como un profesional.