La Unión Linense de Baloncesto (ULB) celebró ayer su tradicional fiesta de fin de curso con jugadores, técnicos, familiares y colaboradores de la casa en el pabellón municipal. Los asistentes disfrutaron de una jornada con juegos, actividades lúdicas y una merienda con una gran tarta que ya es costumbre en la despedida de la temporada. Los participantes también celebraron el partidillo entre padres y madres de la entidad, además de otros concursos que divirtieron a los más pequeños, la razón de ser de este club de cantera.
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