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Un San Roque matador (4-2)

  • Remontada Los rojillos estrenan el año con tres puntos y el 'goal average' ante un rival que incomoda hasta la expulsión de su portero Pegada Los de Pajares, sin jugar bien, hacen mucho daño a balón parado

El CD San Roque descorchó 2012 ayer con una victoria. Los rojillos iniciaron la segunda vuelta del campeonato con un triunfo que vale los tres puntos más el goal average con la Peña Rociera, un botín doble que allana aún más el camino hacia la permanencia en Tercera división para el bravo equipo de José María Pajares.

Sin hacerlo bonito, con más agobios de la cuenta, pero siempre con empeño, el San Roque volteó la cara de una moneda que empezó decantándose hacia la derrota. Los rojillos no se encontraron a gusto sobre el resembrado tapete del Manolo Mesa hasta que se vieron con el luminoso en contra y con uno más por la expulsión del portero de la Rociera. Rivas vio la roja directa a la media hora por un derribo a May cuando éste encaraba solo a pocos metros del área. La expulsión, muy discutida por los nazarenos aunque bastante clara como se aprecia en la imagen capturada por este diario, originó el gol del empate sanroqueño gracias a un zapatazo de libre directo de Liam Walker y cambió el signo de un partido que amenazaba con enconarse para los de Pajares.

El Club Deportivo San Roque no estuvo brillante ayer ni mucho menos, es más, por momentos se le vio ahogado. ¿Cómo es posible que metiese cuatro tantos sin estar bien? Fortuna y pegada. En primer lugar, la suerte, tan esquiva y burlona durante casi toda la primera vuelta, se alió con los rojillos. Ese azar que hace que el árbitro pite algo que otros no pitan, por ejemplo. En segundo, los de rojo atesoran una tremenda mordida que se multiplica en un campo de pequeñas dimensiones. El peligro surge en cualquier momento en una contra, un córner, en los saques de banda de Joseph o en la calidad técnica de hombres como Javi Catalán o Liam, que son auténticos diablos en un palmo de terreno.

Una vez más los rojillos tuvieron que bregar contra marea. Lo que no mata, hace más fuerte y así, a base de palos y cicatrices, el San Roque ha ido madurando hasta convertirse en un equipo mucho más aguerrido, mucho más resolutivo cuando el percal se pone feo.

Los de Pajares formaron con un once dispuesto a manejar el balón, con el mediocentro juvenil Kikín, de 16 años, arropado por el capitán, Iván Peña, para dar salida por bajo. Sin embargo el duelo se enmarañó por méritos de una Peña Rociera, muy parapetada atrás y con un '9' dispuesto a dar la lata a la contra.

Gordi dio el primer aviso con un remate de cabeza al palo en el minuto 11. El susto espoleó a los de casa que chutaron por primera vez a puerta por medio de Liam en el 23'. La falta de claridad del San Roque se tradujo en un contragolpe letal en el minuto 27 que Gordi ejecutó con una vaselina sobre Carenote para adelantar al cuadro de Dos Hermanas.

El mazazo apenas duró dos minutos. El tiempo que tardó Rivas en derribar a May cuando el algecireño encaraba solo a pocos metros del área. Roja directa para el portero nazareno y superioridad rojilla con una hora de partido por delante. La acción fue clave porque la Rociera dio la alternativa a un cancerbero juvenil que fue engullido por los nervios. En la falta provocada por la expulsión Liam coló el cuero por la escuadra ante la mirada atónita del crío. Tablas y un mundo por delante.

El San Roque resolvió en la segunda parte por la vía del KO: una contra muy rápida ejecutada por un inspirado Álvaro Navarro (66') y un cabezazo del siempre currante May a la salida de un córner (69'). Los rojillos se relajaron un poco y la Peña recortó en un mal de despeje entre Joseph y Jonhy (75'). Los puntos no peligraron, menos aún cuando el nazareno Rubén se autoexpulsó al golpear a May y provocar la roja en el 88' y cuando Carlos Trujillo sentenció la victoria con un remate limpio a la salida de otro córner en el 89'.

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