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Un San Roque magno

  • Los rojillos recuperan su versión más seria y empequeñecen a un candidato a la liguilla Trujillo, Nacho y Pinchi marcan en un Manolo Mesa que tras dos meses vuelve a disfrutar

La mejor versión del San Roque reapareció ayer a lo grande, a lo magno. Cuando peor cara tenía, cuando pocos creían ya en este equipo, los rojillos emergieron de su depresión y desempolvaron ese Club Deportivo San Roque que tan bien sabe hacerlo y que tan pronto dejó encaminada la permanencia en la primera parte de la Liga. Los chicos entrenados por Diego Pérez Yiyi hicieron doblar la rodilla al Mairena, a todo un gallito del grupo que seguro  peleará por la fase de ascenso. Pero ayer los rojos borraron del campo a un rival por encima de todo competitivo. Fue un triunfo sin peros y más que merecido.

El San Roque ramplón de los dos últimos meses -sólo una victoria en ocho partidos- dejó paso ayer a ese conjunto con sangre en las venas capaz de plantar frente a cualquier enemigo. El equipo de Yiyi lució con un once muy coherente, dentro de sus muchas limitaciones por el cúmulo de bajas [Johny estaba sancionado] y otras 'desapariciones' como la de su máximo artillero [Manuel]. Se notó el carácter de Carlos Trujillo en su regreso y brilló la clase de Nacho Fernádez, el jefe de operaciones de una escuadra que supo batallar por tierra y aire ante todo un Mairena que terminó empequeñecido.

 

Apenas unos minutos bastaron para ver al San Roque entonado, compacto, con compromiso. Los rojillos tradujeron en gol su primer acercamiento al área de los blanquinegros. Corría el minuto 9 cuando un centro envenenado de Antonio Jesús fue repelido a córner por la zaga del Mairena. Al saque de esquina Trujillo ganó el hueco y cabeceó para poner por delante a los de casa.

 

El tanto confirmó las buenas sensaciones de un San Roque que amenazó de nuevo en el 17' a balón parado, otra vez Trujillo. Sin rastro de peligro del Mairena, los locales merodearon el segundo en el 28' en una acción de Reyes que quiso ser demasiado generoso al plantarse solo en el área. El linense se vació en punta ante dos centrales de mucha talla.

 

Roneaba el Sanro y encontró el 2-0, de nuevo a balón parado y otra vez sacando tajada del punto fuerte de su rival. Nacho, en una falta muy lejana -casi en el centro del campo- y escorada al flanco derecho, lanzó el cuero al área y nadie acertó a rematar ni a despejar. El portero Madruga tampoco anduvo muy fino y los rojos subieron el segundo gol pasada sólo la media hora.

 

El primer tiempo murió sin cambios y con un marcador más que justo. El Mairena ni se acercó al marco del San Roque.

 

Tras el paso por vestuarios, la segunda mitad arrancó a ritmo frenético. Babiano perdonó y los sevillanos enseñaron los colmillos. Quedaba un mundo. Acto seguido los de casa pudieron sentenciar por dos veces, primero en un disparo alto de Javi Catalán y después en un mano a mano de Dani Hoyos que sacó el arquero. El duelo bajó revoluciones y cuando mejor controlaba el San Roque llegó el tanto visitante. Gabri dio vida al Mairena a falta de media hora. Sin embargo el panorama  no tembló. Yiyi insufló aire a los suyos con cambios muy acertados. Uno de ellos, el barreño Pinchi, regresó por todo lo alto al culminar de cabeza una jugada de muchos quilates de Nacho y sentenciar la contienda. El tercer gol por sí solo hizo que la entrada mereciese la pena en un Municipal Manolo Mesa que volvió a vibrar con sus rojos.   

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