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¿Medio lleno o medio vacío?

  • Tras ocho jornadas sin perder la Balompédica acaricia ya su primer objetivo, la salvación

  • Los cuatro últimos empates le arrastran a una renuncia implícita para pelear por la liguilla

Sana pugna con el exbalono Curro en el Balona-Villanovense del pasado domingo.

Sana pugna con el exbalono Curro en el Balona-Villanovense del pasado domingo. / erasmo fenoy

Nueve jornadas por disputarse y la Real Balompédica está a tres puntos de la salvación virtual y a cuatro del actual cuarto clasificado del grupo IV de la Segunda B. Una situación casi idílica. Tanto que resulta complicado encontrar a algún balono que no la hubiese firmado el pasado de mes de agosto cuando arrancó la competición. Sin embargo, la valoración está ahora dividida. Un grupo de aficionados entiende que el equipo lleva ocho jornadas sin perder y que su condición de firme candidato a ocupar una plaza que le dé derecho a jugar la Copa del Rey ya supone un éxito rotundo. Otro, sin embargo, le reprocha que sus últimos cuatro empates le han privado de ocupar hoy una de las cuatro plazas que dan derecho a jugar la liguilla. Ni a unos ni a otros les faltan argumentos para defender sus tesis.

El empate que concedió el pasado domingo ante el Villanovense y sobre todo la falta de proyección ofensiva que demostró el equipo de Julio Cobos ante los serones han enfriado los ánimos de la afición de la Balona. El triunfo hubiese dejado a los albinegros a la mismísima orilla de los puestos de liguilla. Y lo peor es que desde que dejó escapar el liderato en El Arcángel el ya lejano primer día del mes de noviembre, esta situación de fallar en los momentos claves se repite con traumática frecuencia.

Los de Cobos visitarán en los cinco viajes aún pendientes a Marbella, Granada B y Murcia

La realidad es que esta Balona está muy por encima de las expectativas iniciales. La temporada comenzó -por mucho que se transmitiese algún que otro mensaje de euforia tras las primeras jornadas- con la misión de asegurar la salvación a ser posible con menos angustias que en el curso pasado. Una permanencia que salvo catástrofe nada predecible llegará más pronto que tarde.

Sin embargo la llegada de refuerzos en el mercado de invierno -unos importantes como Elías Pérez y otros aún inéditos como el internacional suizo Özcan- elevó, al menos en la grada, el listón de los objetivos. Es cierto que el mensaje de la caseta jamás se movió un ápice.

Como le sucede cada vez que mira hacia arriba, la Balona empezó a patinar. Sendos empates después de ir ganando por dos goles y otros tantos en la visita al UCAM y ante el Villanovense, estos en situaciones diametralmente opuestas, sitúan a los albinegros como uno de los peores equipos del grupo IV en el último mes de competición. De hecho, el balance es idéntico en cuanto al número de puntos que su próximo rival, el Mérida, que ha decidido cambiar de entrenador.

Los linenses tienen aún nueve jornadas por delante, en las que jugarán cuatro veces en el Municipal de La Línea y cinco a domicilio, para enmendar estos últimos resbalones.

Pero ojo que en esos cinco desplazamientos visitará a dos equipos que pelean denodadamente por evitar el descenso (Mérida y Jumilla) así como al líder Marbella, a un Granada B que a estas alturas le aventaja en un punto y, en la última jornada, a un Real Murcia que es el actual inquilino de la cuarta plaza. De lo que haga en ruta va a depender su suerte.

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