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El Granada no sabe ganar en 'su' Liga (0-0)

  • Los andaluces pinchan en hueso ante un rival directo y se estrella ante el sistema defensivo del Racing. Sólo la salida de Ighalo da otro aire, pero apenas se hace daño arriba.

Paso en falso. El Granada CF pinchó en hueso en un partido de los de su Liga particular. Y ya es la tercera vez que pasa esta temporada en Los Cármenes. Sucedió ante el Betis y unas semanas después frente al Osasuna. Una importante base para forjar la permanencia en la categoría se va a decidir en estos encuentros, pero de momento el equipo de Fabri no ha dado con la fórmula para salir con éxito de estos envites. La ilusión de la grada y los jugadores se truncó. Se ha malgastado la primera bala en casa de las dos citas que vienen seguidas. Ante el Mallorca habrá otra nueva oportunidad para redimirse cuando pase el parón liguero.

El desarrollo del encuentro fue una profunda decepción. Recordó en parte a lo que se vivió en el duelo frente al Osasuna. El Racing, como se preveía, se pertrechó bien atrás. Acumulación de jugadores en pocos metros y todas las vías tapadas para que los jugadores con mayor capacidad de creación en ataque se estrellaran una y otra vez. Carencia de fútbol fluido y sin continuidad en el juego. El equipo de Cúper lo tuvo muy claro. El empate era bien acogido y no había por qué arriesgar más de lo debido. Cedió la iniciativa a los locales, que sin quererlo se engancharon en un sinsentido a la hora de construir sus acciones ofensivas.

Pese a todas las pruebas que se habían efectuado durante la semana, Fabri sóló llevó a cabo un cambio respecto al equipo que puso en liza en Sevilla. Regresó Dani Benítez al once por Mollo. No entraron ni Franco Jara ni Ighalo, pese a sus buenas prestaciones en el Sánchez Pizjuán. Abel Gómez se escoró un poco a la derecha en el centro del campo y eso permitió libertad de movimientos a Uche en ataque. Eso dejó muchas veces un amplio pasillo a Nyom para recorrer toda la parte derecha. Fue un sistema que dio resultado en Sevilla, pero esta vez no valió para casi nada.

Hay que hacerse a la idea de que esperan esta temporada partidos de este corte. Vendrán equipos a ceder la iniciativa y a tapar todos los espacios posibles, lo que dificultará mucho el juego. Es una asignatura pendiente que el Granada CF deberá solucionar lo antes posible para no poner en demasiado riesgo su continuidad en la categoría. El equipo deberá insistir en encontrar fórmulas para aprender a derribar de alguna forma un cerrojo de esta similitud. Será la única manera de contar con más posibilidades de salir airoso de estos frentes.

Fue un encuentro enmarañado, falto de ritmo y atascado desde un principio. El equipo rojiblanco no fue capaz de superar la línea de presión del Racing. Imprecisiones en los pases y con escasa duración del balón en los pies. Ni por las bandas ni por el centro hubo recovecos para penetrar en la zona de peligro. Ese desarrollo del encuentro fue en beneficio del Racing. El equipo de Cúper cerró filas y no perdió el sitio. Ninguno de los jugadores de ataque supo cómo desenvolverse en ese laberinto que se había construido. Tropezaron una y otra vez en lo mismo. Dani Benítez y Abel Gómez tendieron a irse hacia adentro para que las bandas se quedaran al completo para los avances de Nyom y Siqueira.

El partido estaba torcido, metido en un tostón de consideración y sin que nadie brotara algún tinte de calidad para desatascar el bodrio. Y casi se pudo poner peor. Roberto cayó al suelo cuando fue a despejar de puños un intento de remate de un jugador del Racing y casi marca en la continuación de esa jugada Torrejón. El guardameta gallego se quejó de que había recibido un golpe, aunque por las imágenes de televisión no se observó que fuera así. A continuación cayó lesionado Fran Rico y los planes se vieron truncados. Fabri decidió llamar a Martins de entre las opciones que tenía en el banquillo. Eso conllevó que Mikel Rico pasara a ejercer más de pivote yAbel Gómez retrasara un poco su posición. El portugués fue el que se quedó más adelantado y con más libertad en sus movimientos.

Tardó un rato en regresar el Granada CF al terreno de juego tras el tiempo de descanso. Tal vez Fabri prolongó más de la cuenta su charla para señalar lo que se debía hacer en la segunda parte para derribar ese muro defensivo. Hubo un atisbo de esperanza. Geijo recibió un balón en el segundo palo, acudió al desmarque tras recibir un centro desde la derecha, pero no escogió el remate más adecuado y le dio en plancha con la cabeza, cuando tuvo tiempo para pararla por abajo y fusilar desde cerca a Toño. La ansiedad le jugó una mala pasada en ese momento.

Las sensaciones ofensivas cambiaron en parte con la salida de Ighalo al terreno de juego. Fabri decidió retirar a un desaparecido Uche. Cambio de nigeriano por nigeriano con el objetivo de impedir que se escapara una victoria con mucho peso anímico. Ighalo se fue a la punta del ataque para acompañar a Geijo. Entre los dos trataron de buscar espacios y mover un poco más a la defensa racinguista.

Geijo volvió a disponer de otra magnífica opción para romper el empate. Ighalo le dio un gran pase al espacio, pero no era el día del hispano-suizo, que le pegó mal al esférico y ni siquiera puso a prueba a Toño. Otra oportunidad perdidas, de las escasas que se dieron, y la igualada estaba cada vez más cantada.

Ni siquiera la expulsión de Nahuelpan en el tramo final cambió las posibilidades. Le dio con el brazo a Mainz en un salto y el colegiado madrileño Velasco Carballo decidió expulsarlo. No hubo nada que hacer de todas maneras. El Racing tampoco dio señales de vida a la hora de atacar y la grada se desesperó por completo.

Para colmo, Fabri no agotó el tercer cambio. Franco Jara se cansó de calentar durante toda la segunda parte para después no disputar ni un minuto. En Sevilla el argentino dio otro aire al equipo, pero esta vez no tuvo cabida para el técnico gallego. El equipo rojiblanco fue un cúmulo de despropósitos en sus intentos ofensivos. No funcionó Abel Gómez, Martins prefirió hacer la guerra por su cuenta y Dani Benítez se perdió una y otra vez. El balear no aportó lo que se espera de él. Mejor le iría si se dedicara a explotar sus condiciones y no en vetar a periodistas. Fue Ighalo el único que supo cómo asociarse para ofrecer sensaciones de mayor nivel en ataque. El equipo debe aprender cómo se pueden ganar partidos de estas características.

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