Fútbol | Crisis del coronavirus

Aviso a navegantes: la Policía propone una sanción al Atlético Baleares por incumplir las normas anti-Covid

  • El club no escalonó la entrada de sus aficionados ni estos respetaron la distancia de seguridad

Aficionados del Atlético Baleares, durante el partido del pasado domingo

Aficionados del Atlético Baleares, durante el partido del pasado domingo / Última Hora

Los aficionados de la zona que reprochan a los clubes del Campo de Gibraltar (Real Balompédica Linense, Algeciras Club de Fútbol y Unión Deportiva Los Barrios) que estén respetando con en su opinión excesivo escrúpulo las normas anti-coronavirus dictadas por la Junta de Andalucía se han quedado sin argumentos. La Policía de Palma de Mallorca ha propuesta al Gobierno Balear que sancione al Atlético Baleares por no respetar esas medidas restrictivas y, aunque es muy improbable que eso suceda en esta primera infracción, eso puede conllevar hasta el cierre de su estadio para acoger competiciones.

El Atlético Balear (de cuyo cuerpo técnico forman parte por cierto los exbalonos Jordi Ruger y Jesús Estrada) se expone a una fuerte multa después de que la Policía haya advertido que los aficionados no entraron al partido con el Atlético de Madrid B de forma escalonada como había sido pactado y que el club no respetase la distribución de asientos de acuerdo a las normas señaladas por las fuerzas del orden, por lo que los hinchas no respetaban la distancia social.

La información íntegra al respecto, hecha pública por el Diario Última Hora, bajo la firma de Julio Bastida dice así:

La Policía Nacional ha dirigido un oficio a la Direcció General d’Emergències del Govern balear y a sus órganos superiores en los que hacen constar “irregularidades” cometidas por el Atlètic Baleares ante la crisis sanitaria ocasionada por la Covid-19. Los hechos denunciados se produjeron durante la disputa del partido de Liga, correspondiente a la tercera jornada de Segunda División B, que disputó el conjunto blanquiazul ante el Atlético de Madrid B en el Estadi Balear (1-1).

En el oficio policial, el inspector del Cuerpo Nacional de Policía responsable del dispositivo de seguridad del encuentro hizo constar que, en la reunión previa mantenida el viernes 30 de octubre entre el representante y director de seguridad del club y el coordinador de seguridad, se establecieron -y así quedó reflejado en acta- varias directrices de obligado cumplimiento en materia de seguridad.

Una de ellas era que ante la situación de pandemia se aconsejaba que la entrada al recinto deportivo se realizara de forma escalonada, citando a sus socios en diferentes horas para evitar aglomeraciones a la entrada y salida, al igual que en ciertas zonas del estadio.

En ese mismo acto se estableció que se dejarían como mínimo dos asientos libres por cada uno ocupado alternándose de una fila a otra para de esta manera poder garantizar la distancia de seguridad interpersonal de 1,5 metros de distancia.

El Estadi Balear dispone de tres gradas con un aforo de 4.175 asientos, por lo que al ser una competición deportiva al aire libre el aforo máximo permitido era de 1.000 personas.

Al inicio del dispositivo de seguridad del día de partido se observó que el club había instalado pegatinas que prohibían sentarse en asientos alternos, pero dejando una distancia de escasos 50 centímetros entre espectadores. Fue en ese momento cuando el director general del Atlètic, Guillermo Pisano, manifestó que la regulación sobre las condiciones para la celebración de competiciones deportivas había sufrido una modificación que le permitía acomodar a los aficionados un asiento sí y otro no, ya que la norma dice: “En la distribución del público asistente se procurará la distancia máxima entre personas”.

Tanto el coordinador de seguridad como el inspector de la Policía Nacional responsable del operativo informaron que lo que estaba argumentando el ejecutivo del club era una mala interpretación de la norma, ya que dicho apartado se refiere a cuando en el recinto deportivo pueden entrar hasta el 75 por ciento del aforo y no se puede mantener la distancia de 1,5 metros.

En el Estadi Balear, con capacidad para 4.175 personas, para respetar la distancia máxima permitida se tiene que dejar entre cada espectador tres asientos libres, al no poder entrar más de 1.000 aficionados.

El partido fue televisado y se observó por parte de la fuerza policial actuante, que ha aportado fotografías, que en la zona de palcos no se mantuvo el distanciamiento social, siendo inferior a 1,5 metros. El público de la grada norte en todo momento del partido se encontraba de pie en sus asientos.

 

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