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Florentino Pérez se perpetúa entre la exigencia

  • El presidente del Real Madrid renueva su cargo por quinta vez. Se tendrá que enfrentar a importantes restos: el caso Ronaldo, defenderse de los millones de los jeques o gestionar el éxito.

Florentino Pérez reedita mandato por quinta vez.

Florentino Pérez reedita mandato por quinta vez. / EFE

Florentino Pérez renovó este lunes su cargo como presidente del Real Madrid y en el comienzo de su quinto mandato tendrá que afrontar exigentes retos, tales como solucionar el caso Cristiano, defenderse de los millones de los jeques y el fútbol inglés, mantener competitivo el plantel y gestionar el éxito.

Nadie se presentó a las elecciones y Pérez fue proclamado como presidente por tercera vez consecutiva en el palco de honor del Estadio Santiago Bernabéu. Las enormes exigencias económicas para presentarse a unos comicios presidenciales y el buen momento del equipo fueron suficientemente disuasorios. Ahora mismo, Pérez no tiene oposición. "Tengo el inmenso honor de seguir al frente de este club. Nuestro compromiso con el Real Madrid es máximo. Percibimos el cariño de todos los aficionados madridistas", afirmó durante su discurso de investidura.

Será el quinto mandato en dos etapas diferentes y tercero consecutivo. Pérez llegó a la presidencia blanca en 2000 con su proyecto "galáctico" y estuvo hasta 2006 antes de dimitir en medio de enormes críticas a su gestión.

Regresó en 2009 después de una etapa muy polémica con Ramón Calderón en la presidencia, un hombre que sucumbió después de varios escándalos en su gestión y la asfixiante oposición planteada por Pérez, quien fue recibido casi como un "Mesías" por un amplio sector de la hinchada.

Durante sus cuatro mandatos al frente del Real Madrid, Pérez sumó 19 títulos: cuatro Ligas de Campeones, cuatro Ligas españolas, tres Supercopas de Europa, tres Supercopas de España, dos Mundiales de Clubes, dos Copas del Rey y una Copa Intercontinental.

La renovación de su mandato llega en uno de los mejores momentos del equipo, pues recién conquistó su primer doblete -Liga de Campeones y Liga española- desde 1958. Además, ganó tres de las últimas cuatro Copas de Europa disputadas para proponer una hegemonía continental.

Lo que le viene está lleno de retos. Para empezar, deberá gestionar la "bomba" que le acaba de estallar en las manos, como es el deseo de Cristiano Ronaldo de abandonar el equipo. ¿Conseguirá convencerle para que se quede o tirará de pragmatismo para propiciar la venta más millonaria de la historia del fútbol?

Por otro lado está la gestión del éxito, algo que no siempre supo hacer. Por ejemplo, despidió al técnico español Vicente del Bosque en 2003 cuando acababa de ganar la Liga española y echó al técnico italiano Carlo Ancelotti en 2015 un año después de ganar la Liga de Campeones. Ambas decisiones, con malos resultados.

Ahora tiene un equipo admirado en todo el mundo y que promete más éxitos futuros por la joven edad de talentos como Isco, Marco Asensio, Carlos Casemiro, Raphael Varane y demás. También cuenta con el entrenador del momento, su adorado Zinedine Zidane, y una enorme estabilidad social gracias a los éxitos deportivos.

Sin embargo, Pérez deberá desplegar un plan para defenderse del dinero del fútbol inglés y los jeques. El asunto de Cristiano Ronaldo es una prueba del poder de persuasión que tienen los billetes y de que la vida no empieza y acaba en el Real Madrid, dependiendo de las ambiciones y motivaciones de cada futbolista en cuestión.

"Estamos ante una verdadera prueba de la solidez de un proyecto deportivo, en el cual vamos a seguir trabajando sin la más mínima autocomplacencia", insistió el presidente en su discurso.

El plan del Real Madrid parece claro: contratar jóvenes talentos aspirantes a estrellas y que puedan amortizarse en pocos años. Así, suena con insistencia el nombre del delantero francés Kylian Mbappé, futbolista emergente de 18 años.

Por otra parte, Pérez deberá seguir llenando de competencia un plantel que corre el peligro de caer en la autocomplacencia después de tantos éxitos recientes. 

Todo ello lo hará con su discreción habitual, con un silencio que sus amigos consideran "estratégico" y sus detractores lo califican como "taimado". Lo que nadie podrá discutir es su poder de persuasión sobre los hinchas blancos y su poder de disuasión sobre sus opositores, cada vez más invisibles.

Pérez, siempre atento a su mirada hacia el infinito, descubrió cuál será el objetivo de la entidad para los próximos años: "Trabajar para que el Real Madrid sea elegido también mejor club de este siglo".

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