16 años después de alcanzar en Múnich su máximo nivel en unos Europeos de atletismo, el equipo español más numeroso de la historia (96) regresa a territorio alemán con el propósito de utilizar el "efecto Hortelano" para relanzarse en una competición a su medida.

15 medallas en Múnich 2002 -seis de oro, tres de plata y seis de bronce- fue el mejor resultado español en las 23 ediciones precedentes. En Berlín, las aspiraciones son más modestas.

Orlando Ortega, debutante en una cita al aire libre, es la otra gran baza

El Director Técnico, Ramón Cid, piensa que el equipo "puede llegar a las diez medallas", superando las ocho de la edición anterior, Amsterdam 2016, aunque confesó que le da "un poco de miedo cuando se generan tantas expectativas".

Cid atisba 15 opciones de medalla, pero se apresura a precisar que "no todas cristalizarán". En paralelo, el presidente de la Federación, Raúl Chapado, reitera que es "el momento del atletismo español". Y así, el optimismo invade el ambiente que rodea al equipo, formado por una generación nueva que ha devuelto la ilusión a los aficionados.

Ello se debe, en gran medida, Bruno Hortelano, que tras meses de duro trabajo parece haber dejado atrás las secuelas del accidente de tráfico que sufrió en septiembre de 2016.

El mejor velocista español de todos los tiempos (10,06 en 100 metros, 20,04 en 200, 44,69 en 400) encontrará en Berlín un serio obstáculo: el turco Ramil Guliyev, actual campeón del mundo y que lidera el ranking europeo con un registro intimidatorio de 19,90.

Por su parte, Orlando Ortega se presenta en Berlín como novato en unos Europeos al aire libre. Ganó la plata en los Juegos de Río 2016 y fue séptimo en los Mundiales de Londres 2017. Nunca ha competido en un torneo de este tipo y ahora deberá vérselas con el doble campeón de Europa, el ruso Sergey Shubenkov, también campeón mundial en 2015.