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Derrumbe en el San Rafael

  • La UD Los Barrios es engullido por un insaciable Córdoba B, que le hace un 0-6 y deja a los gualdiverdes al borde del abismo El 0-1 en el minuto uno desmorona a los locales

El Córdoba B puso ayer el sello del matadero a la Unión Deportiva Los Barrios. Los gualdiverdes pasan de la penumbra a la sombra después de enlazar, por primera vez esta temporada, la tercera derrota consecutiva en el peor momento posible y de una forma tan dolorosa como justa. Un 0-6 que destapa las carencias de un equipo muy lejos de la versión aguerrida y ambiciosa que lo sostenía hace algunas jornadas, que comete errores imperdonables a estas alturas, al que le crecen los enanos y que siente que, partido tras partidos, la salvación se le escapa de sus narices como un espejismo.

El partido entre el Antoniano y el Coria fue suspendido en el minuto 88 por una trifulca entre ambos equipos, después de que el cuadro de Lebrija hiciera el 2-1 y remontara un partido que se le había puesto en contra. Ahora el Comité de Competición decidirá sobre el asunto que es importante para los gualdiverdes que pueden ponerse a tres o a cinco de la salvación.

Lo de agarrarse a las matemáticas está muy bien pero quien tiene que resolver la ecuación es la propia Unión y así no sale las cuentas ni van a salir. Ahora toca viajar a Mairena, otro monstruo de la categoría, con sancionados, lesionados y una humillante goleada a las espaldas que pesa.

El encuentro sufrido por los gualdiverdes ayer en el San Rafael es comparable a ese fenómeno astronómico que consiste en que una estrella devora a planeta como algo insignificante. La Unión estuvo a años luz de un filial cordobesista que dio gusto verlo jugar. Fue letal, dominó, presionó con el 0-5, quiso más e hizo desaparecer a un conjunto gualdiverde que no supo parar al rival y fue castigado por sus propios errores. Y eso que llegaron al campo faltando media hora para el comienzo y tras madrugar.

Ayudó mucho, todo hay que decirlo, el primer gol en el primer minuto y consecuencia de una serie de errores que suelen pagarse ante este tipo de contrarios. Ismael Ávalos perdió un balón en tres cuartos de campo y propició una contra comandada por Juan Guerras y terminada por Javi Cabezas. 0-1.

Ese tanto trastocó totalmente los planes de Jose Mateo y los suyos. Se vino abajo como un castillo de naipes que quedó definitivamente derruido a los trece minutos con el 0-2, que llegó a la salida de un córner que se comió Edu Villegas y que casi sin querer anotó Galvez.

Los barreños lo intentaron siempre de la misma forma, cada uno la guerra por su cuenta, sin apoyos, carreras de caballo hacia ninguna parte gracias a una seria defensa cordobesa y un centro del campo que asfixiaba la escasa capacidad de juego de los locales. En el 25, Guti recibió un regalo de Sillero al sacar de puerta pero el atacante barreño se lo devolvió en forma de pelotazo al cuerpo. Así, imposible. Dani Guerrero, en el 31', lo intentó en una buena incorporación.

Antes del descanso, llegaron dos tantos más. Javi Cabezas y Mane fueron los realizadores.

La segunda parte, sobró. Fue un suplicio, un castigo para los jugadores barreños, tocado anímica y físicamente, ese tipo de cansancio de un equipo que corre tras el balón y de forma impotente recibe golpe tras golpe. El dominio del Córdoba B, un buen equipo, fue absoluto, fue y se sintió superior, parecía incluso que jugaban con más hombres sobre el campo, defendían con más y atacaban con más que su rival, roto en mil pedazos. Y, casi andando, llegaron otros tantos más y la humillación para los locales.

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