La Unión Deportiva Los Barrios logró un sacrificado empate en Coria. Los gualdiverdes se vieron pronto con el marcador en contra, pero empataron en un golpe franco ejecutado por Legupín. Los de la Villa sacaron partido de su esforzado y bien ejecutado trabajo defensivo, pero no consiguieron desdoblarse con comodidad. La igualada, que se antoja lo más justo visto lo sucedido en el terreno de juego del Guadalquivir, hubiese podido dejar un buen regusto entre los de la Villa de no ser porque Facu disfrutó de un mano a mano en la última acción de la contienda, pero estrelló su disparo en el meta local, que achicó bien en su media salida.

Los dos tiempos de un partido más intenso que vistoso tuvieron un guion muy similar. La Unión salió desconectada. En el primer periodo apenas hacía otra cosa que atrincherarse durante los primeros diez minutos, hasta que Juanito desbordó a Álex Vázquez mandó al corazón del área, ningún jugador visitante acertó a despejar y Rafa Toro, lanzándose en plancha, cabeceó a la red.

Lejos de intimidarse al verse por detrás en el marcador la Unión se rehízo. Jorge Herrero comenzó a conducir a los suyos y la defensa, que había estado titubeante sobre todo por sus costados, comenzó a asentarse.

Poco antes de la parada para hidratarse, porque el calor apretada, Legupín ejecutó con acierto una falta al borde del área. El zurdazo llevaba mucha intención, pero el meta local, Isco, puso su granito de arena con el mal de las manos blandas. El empate subió al marcador.

Ficha Unión en Coria

En el tramo final de este primer periodo volvió a sufrir el equipo de Los Barrios, que esta vez lucía guayabera blanca. El Coria dio un paso adelante y creó varios sobresaltos en los alrededores de Pablo Rodríguez, especialmente en un centro de Rafa Toro que se paseó por el área y no encontró rematador.

Pero el conjunto de Álex Pallarés supo sujetarse en las cuerdas y llegar con las tablas al descanso.

El inicio del segundo periodo fue un calco del primero. El Coria lanzado y la Unión titubeante. Una sensación de angustia que, en contra de lo sucedido en el arranque del duelo, apenas duró siete u ocho minutos.

Pronto la retaguardia barreña volvió a mostrarse contundente y salvo un disparo muy bien intencionado de Jesús Vega que tropezó en un rival, los ribereños tampoco es que disfrutasen de ocasiones manifiestas.

Pasado el primer achuchón el encuentro se transformó en una pelea física, muy intensa, muy meritoria, pero en la que unos y otros intentaban muchas cosas, pero apenas lograban culminar ninguna.

En el 84’ el colegiado cordobés Muñoz González dejó a los de casa con diez efectivos al mostrar la roja directa a Rojas.

Sin embargo a esas alturas el esfuerzo, generoso, muy generoso por ambas partes, ya pasada factura y ni corianos ni barreños hacían ascos a la igualada. Hasta el punto de que Pallarés reforzó la defensa con Paco Borrego en los últimos compases, no fuera a ser que la avaricia acabase por romper el saco.

Así y todo el partido se pudo decantar del lado de los de la Villa. Ya bien avanzado el tiempo añadido Jorge Herrero dio un pase perfecto que rompió a los centrales y dejó a Facu, que había entrado apenas unos minutos antes, frente a frente con el meta Isco. El uruguayo se precipitó y lanzó al muñeco, así que la Unión terminó con las manos en la cabeza de frustración un partido en el que el resultado por lo sucedido y por la envergadura del rival no es, ni mucho menos, malo.