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Alonso, victoria y descalificación

  • Los jueces eliminan a los Toyota por irregularidades

El Toyota pilotado por Fernando Alonso negocia una curva sobre el trazado de Silverstone.

El Toyota pilotado por Fernando Alonso negocia una curva sobre el trazado de Silverstone. / toyota gazoo racing

Los dos Toyota que compitieron ayer en las Seis Horas de Silverstone fueron descalificados por irregularidades técnicas en su suelo, después del triunfo logrado por Fernando Alonso. La victoria hubiera reforzado su liderato en el Mundial de resistencia (WEC) al ganar, junto al suizo Sebastien Buemi y al japonés Kazuki Nakajima, a bordo del coche número 8 del equipo Toyota Gazoo Racing en el citado circuito inglés. Pero posteriormente quedó en nada el triunfo.

Los dos Toyota que corrieron en Silverstone, tercera prueba del campeonato del mundo de Resistencia en la que habían firmado un nuevo doblete, fueron descalificados por una irregularidad en el fondo plano de sus prototipos.

Durante la prueba de flexión del fondo, la parte frontal del vehículo 8 de Alonso flexó 9 milímetros por ambos lados. El coche 7 lo hizo también 8 y 6 milímetros respectivamente al serles aplicados una fuerza de 2.500 N. Esa flexión contraviene el reglamento, según los jueces.

El piloto asturiano perdió así su tercer triunfo seguido en el Mundial. La victoria recayó sobre el Rebellion de Menezes, Beche y Laurent, aunque Toyota tenía pensado reclamar esta decisión de los comisarios de la carrera.

El doble campeón mundial de Fórmula 1, que ya había ganado con sus compañeros las Seis Horas de Spa-Francorchamps (Bélgica) y las 24 Horas de Le Mans (Francia), se impuso también en la tercera prueba del campeonato, disputada en la mítica pista británica, en la que relegaron al segundo puesto al otro Toyota híbrido (el número 7), pilotado por el inglés Mike Conway, el japonés Kamui Kobyashi y el argentino José María Pechito López.

Alonso, de 37 años, había anunciado el pasado martes que el año próximo no correrá en F1, en busca de nuevos retos, que, de momento, se tornan en emociones canjeables por victorias. Como la de ayer en Inglaterra, donde volvió a extraer oro. En el circuito de la piedra de plata.

Kobayashi arrancó bien desde la pole, seguido por Buemi, encargado de afrontar para el equipo de Alonso la primera parte de una prueba en cuyo inicio se tocaron el Rebellion del suizo Mathias Beche y el SMP del francés Sebastien Sarrazin, que tras las primeras quince vueltas había recuperado, tras caerse hasta el fondo del pelotón, el tercer puesto de la prueba.

Los dos coches híbridos de Toyota que encabezan el WEC (siglas en inglés del World Endurance Championship, el Mundial de resistencia) en su categoría principal, la LMP1, cargaron combustible por primera vez tras repetir 22 veces el trazado del circuito que albergó, en 1950, la primera carrera de la historia de la Fórmula 1.

En Silverstone (5.901 metros, en el condado de Northamptonshire) ya había ganado dos veces en F1 -en 2006, con Renault; y en 2011, con Ferrari- Alonso, que se subió al coche después de que Buemi diera 44 vueltas, un giro menos de los que dio Kobayashi antes de cederle el otro Toyota a Conway.

Después de algo más de dos horas y media de carrera, el astro astur dio cuenta del inglés, al que superaba en más de cinco segundos, antes del accidente del sueco Henrik Hedman (Dragonspeed) que provocó la entrada en pista del coche de seguridad.

Alonso entregó el auto en primera posición, en la vuelta 92 y poco después de que se rebasará el ecuador de la prueba -sus tres primeras horas-, a Nakajima. Al que no tardó en dar alcance el argentino Pechito López, que sólo cedió provisionalmente el mando al nipón cuando repostó.

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