Ridículo, bochorno, desastre y así hasta completar el catálogo de las catástrofes del fútbol. El Algeciras CF se despidió ayer de 2017 con una derrota sonrojante de las que dejan marca y pueden provocar una cascada de consecuencias. Los albirrojos salieron vapuleados del Ciudad de Lucena en el partido aplazado de la 18ª jornada, el de la dichosa semana de la selección andaluza. La gélida noche lucentina se tornó en una pesadilla antes de Navidad para un equipo que recibió el primer gol pasada la media hora de juego y acabó siendo caricaturizado tras encajar el cuarto en el último suspiro cuando el rival ya jugaba con uno menos. El conjunto de José Antonio Asián cierra la primera vuelta segundo, sí, pero se aleja a siete puntos del liderato.

El 20 de diciembre de 2017 quedará como un día negro para el algecirismo. Primero el club anunció la marcha de Pablo Ganet de la disciplina albirroja, una inesperada y misteriosa noticia que la directiva aclarará hoy. Pero lo peor estaba por llegar a la noche en Lucena, en el campo de un rival en descenso, aunque en mejor racha y con muchísima más actitud.

Los visitantes encajan el primer gol a la media hora y terminan caricaturizados

Las malas vibraciones del pasado domingo ante el Gerena -en la victoria pírrica ante el Gerena- salieron a la luz anoche en una plantilla que quedó en evidencia. El Algeciras revivió el naufragio de la visita a Arcos, aunque en el Ciudad de Lucena el escarmiento fue mucho mayor.

El Algeciras sufrió la derrota más abultada de la temporada en un partido para olvidar, aunque los pocos valientes que siguieron en directo la debacle se acostaron anoche con un enfado que tardará en esfumarse.

Asián formó un once con varias novedades: Oñate volvió al lateral diestro, Máiquez regresó a la formación para jugar de interior, Mané recuperó el costado zurdo y Tano y Albertito entraron para tratar de poner el talento por el centro.

Enfundado en su tercera equipación de color burdeos -de estreno por fin-, el Algeciras dejó unos primeros compases aceptables en un campo ancho, con huecos para buscar las cosquillas. Albertito, a la postre de los pocos que se puede medio salvar, buscó en el minuto 10 uno de los escasos tiros de los algeciristas. El Ciudad de Lucena, con muchísima velocidad arriba, también avisó de sus intenciones.

El Algeciras se mantuvo a flote, como el pasado domingo, hasta que el partido no se desmadró, cosas que Javi Henares provocó en el 33' con un latigazo desde la frontal que sorprendió a Romero. El tanto descolocó a los de Asián y apenas unos minutos después una galopada de Dani Espejo por la derecha desembocó en un centro que empalmó Juanse ante la pasividad defensiva algecirista.

El descanso, en este caso, no hizo más que un paréntesis en una película de horror porque el Ciudad de Lucena sentenció a las primeras de cambio. Una falta lateral lejana se convirtió en un balón que Javi Henares cabeceó con impunidad en el área de Romero.

La insuficiente respuesta del Algeciras se limitó a un testarazo inocente de Salas a continuación de un córner y a un tímido tiro de Albertito, dentro del área, aprovechándose también de un saque de esquina. José Antonio Asián, que volvió a ocupar un lugar en la grada para acatar el segundo partido de sanción, revolvió el banquillo sin obtener el efecto pretendido.

Una pueril expulsión del exbalono Manolo León tampoco espoleó al Algeciras. En cambio, el Ciudad de Lucena no se conformó y prosiguió abalanzándose sobre el área de Romero, sellando el cuarto gol en una incursión de Juan Guerra por el flanco derecho que concluyó a base de calma y madurez, Javi Henares, autor de un hat-trick.

El triunfo del Cádiz B sobre la Lebrijana permite al Algeciras mantener la segunda posición, sin embargo, aleja aún más el liderato. Toca reflexionar.