El balonmano está de luto en Algeciras y San Martín del Tesorillo tras consumarse ayer el fallecimiento de Ernesto González, víctima de una enfermedad que le apartó de la práctica de este deporte hace ya algunos años.

Ernesto González, que contaba 19 años, llegó procedente de Tesorillo para integrarse en la familia del Ciudad de Algeciras, a la que perteneció durante tres temporadas (dos como infantil y una como cadete) dejando, por su carácter, numerosos amigos dentro de la entidad.

El conjunto algecireño escribió en su página oficial: "Niño y joven sensible, inteligente y trabajador, nos transmitió lo valiosa que es la vida y lo hizo superando piedras que no pararon de caer en su camino".

"No sólo tuvo tiempo para jugar muy bien al balonmano, sino que tocaba estupendamente el piano", abundó el club. "Él fue quién ilustró el cuento Quimiote y Rapia, editado por el Proyecto Por una Sonrisa, asociación que hace una grandísima labor con los niños que padecen cáncer y con sus familias", zanjó.