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Alerta contra la relajación

  • El Algeciras recibe el domingo a un San Roque de Lepe sin opciones reales de alcanzar la fase de ascenso

  • Los albirrojos tienen reciente el tropiezo casero con el Xerez como escarmiento

Un algecirista se lamenta mientras otro recibe una reprimenda de un jugador del Xerez, en el Nuevo Mirador.

Un algecirista se lamenta mientras otro recibe una reprimenda de un jugador del Xerez, en el Nuevo Mirador. / jorge del águila

El Algeciras afronta el domingo en el Nuevo Mirador un partido contra sí mismo. Los albirrojos reciben al San Roque de Lepe (11:30), un rival que llega sin nada en juego más allá de la honra por competir y el deseo de dar una alegría a su afición. José Antonio Asián no quiere ni el más mínimo rastro de relajación en el vestuario ni en las gradas en un duelo de vital importancia para los algeciristas en su sprint final por amarrar la clasificación para la fase de ascenso.

Asián no quiere que la próxima visita al líder se entrometa en las gradas ni el vestuario

El algecirismo aún tiene reciente el tropiezo casero ante el Xerez Deportivo (1-2). Han transcurrido dos meses y nueve jornadas, y la dinámica ha pegado un vuelco hacia el lado positivo, sin embargo la tarde del 11 de febrero se recuerda perfectamente en La Menacha. El Algeciras pasó de avasallar y adelantarse en el marcador a verse contra las cuerdas e impotente ante un bravo adversario al que menospreció. Así lo reconoció el entrenador albirrojo, que cargó por primera y única vez contra una caseta de la que dijo que tenía la cabeza más puesta en el siguiente compromiso, el de Ceuta, que en el que libraba.

Ese escarmiento pretende el técnico que sirva de advertencia sobre lo que no debe ocurrir el domingo. Es verdad que el Xerez sí se jugaba tres puntos claves para su objetivo, pero también es cierto que si el Algeciras no pone intensidad y orden se torna en una escuadra vulnerable, capaz de perder con cualquier enemigo del grupo.

El San Roque de Lepe, que ya sabe lo que es vencer en el Nuevo Mirador (lo hizo en Segunda división B), asume que no tiene opciones reales de alcanzar la cuarta posición. Tiene once puntos de desventaja con doce por jugarse y el último revés con el Cabecense terminó de minar la moral en una afición que ha sufrido mucho.

Los leperos se desconectaron de la lucha por la liguilla a pesar del arreón de Antonio Rueda en el banquillo. El joven técnico devolvió la alegría al juego de una plantilla muy mermada por las circunstancias y los constantes cambios que al final han pasado factura.

Todos los condicionantes que rodean al rival del domingo hacen recelar a Asián, aunque el entrenador desprende una fe ciega en unos jugadores que han comenzado a responder cuando ha llegado la hora de la verdad. Después de seis jornadas sin una derrota, los albirrojos parece que han logrado reenganchar a su público.

Los guiños entre seguidores y futbolistas se multiplican en los últimos días y el binomio derrocha ganas por zanjar los deberes y dar el paso hacia el siguiente objetiv. Los tres puntos del domingo ante los leperos se antojan innegociables antes de pensar en el Cádiz B. Esta vez no está permitido pensar en otro rival que no sea el San Roque.

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