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Las claves de un serio aviso

  • Zidane no activa el juego del equipo, que padece su mala planificación, sobre todo en la medular

  • Ni en la Champions muestra carácter

Zidane, en un entrenamiento con Bale y Modric detrás

Zidane, en un entrenamiento con Bale y Modric detrás / EFE

El Real Madrid arrancó la Liga de Campeones con los mismos síntomas que provocaron su eliminación de la última edición, sin que Zinedine Zidane dé con la tecla con soluciones que regeneren la ilusión, un equipo frágil en defensa, sin carácter competitivo, en el que Courtois perdió el duelo con Keylor Navas y sin que Hazard anime una delantera que no tiró.

Las claves de la debacle madridista en París fueron:

1. Zidane, sin soluciones

Regresó al cargo de entrenador tras ver desde fuera los problemas que provocaron un año vacío de títulos grandes. Su Real Madrid muestra los mismos síntomas. Apostó por juntar jugadores ofensivos de calidad que no conectaron en ninguna ocasión ni generaron desequilibrio. El problema lo tuvo en el centro del campo. Víctima de las lesiones que castigan una mala planificación. Sólo dispone de Casemiro y Kroos. El PSG apuntó esa zona para crear superioridad y provocar el sufrimiento. Sin un solo centrocampista en el banquillo, viendo que su equipo se descosía por la medular, el técnico madridista no encuentra soluciones.

2. Keylor, vencedor del pulso con Courtois

El duelo con morbo residía en las porterías. Zidane tuvo que elegir y aunque en todos sus éxitos de la primera etapa Keylor Navas fue indiscutible, lo hizo por la apuesta de futuro del club, Courtois. Provocó que, viendo su inamovible suplencia en las competiciones grandes, Keylor decidiese marcharse. El fútbol le presentó con rapidez la oportunidad de revancha y se marchó del Parque de los Príncipes con la portería a cero mientras vio sufrir al portero belga del Real Madrid, que reaccionó tarde en el primer gol de Di María, no llegó al disparo ajustado del segundo y nada pudo hacer en el tercero. De nada serviría alguna parada para evitar antes la goleada, ya estaba marcado como portero que no salva a su equipo en un mal día.

3. Hazard, en un ataque que no disparó a puerta

Era la primera titularidad de Eden Hazard y la puesta de largo del nuevo tridente que debe ilusionar al madridismo. Apenas se salvó Bale, siempre en acciones individuales con el gol en su cabeza. No conectaron Hazard, Bale y Benzema. El cortocircuito en la construcción de fútbol provocó que apenas les llegasen balones, y cuando los recibieron no se encontraron entre ellos. Nunca hablaron el mismo idioma futbolístico y no dispararon en ninguna ocasión a portería rival. El belga anda muy lejos de un buen estado de forma para competir.

4. Fragilidad y sin carácter competitivo

El Real Madrid solía protagonizar una transformación en cuanto sonaba el himno de la Liga de Campeones. Nada de lo que viviese importaba en una competición de la que es el rey. El efecto se ha diluido. Se ha convertido en un equipo que no compite, que no controla los partidos, pierde los pulsos en balones divididos y cualquier rival, sea de la entidad que sea, le genera ocasiones de gol. Los malos síntomas de pretemporada los intentó corregir Zidane modificando su sistema y jugando con defensa de tres centrales. En París las bajas por sanción de Sergio Ramos y Nacho le impidieron ejecutar la idea para protegerse. La banda de Carvajal y Bale fue un coladero. El espacio entre líneas fue enorme en un equipo que fue muy largo.

5. El VAR, contra el intento de reacción

Cuando los jugadores del Real Madrid tiraron de orgullo fueron frenados por el VAR y las decisiones del colegiado. Bale firmó un gran gol antes del descanso, pero el balón le golpeó antes del disparo en la mano, sin ninguna intención del galés pero con una nueva norma que señala infracción cada vez que en ataque ocurre ese tipo de acción. En la segunda parte se repitió la participación del VAR para anular un gol a Benzema. En esta ocasión el culpable fue Lucas Vázquez. Todo fue en contra de un equipo que recibió un serio aviso en París.

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