España - Suecia | La contracrónica

Los pitos son esta vez para Luis Enrique

Luis Enrique, pensativo, en cuclillas durante el partido.

Luis Enrique, pensativo, en cuclillas durante el partido. / Kiko Huesca / Efe

Ni la temperatura, ni el césped y ni siquiera Morata. La selección española, con Luis Enrique a la cabeza, debe dejar de apuntar hacia otros sitios y centrarse en mejorar su calidad futbolística, muy lejos en los partidos de esta Eurocopa ante Suecia y Polonia de lo necesario para competir en la élite. Y el entrenador asturiano, al que le gusta aglutinar el protagonismo, necesita encontrar un líder sobre el campo para que España al menos tenga alma.

La decepción ante Polonia fue incluso mayor que la del estreno ante Suecia. La desorganización con la que acabó el combinado nacional, que ni siquiera miró a portería en toda la prolongación, fue un reflejo de lo sucedido durante el partido. Y también del varapalo que supuso ese penalti errado por Gerard Moreno, que también se fue apagando tras un inicio prometedor.

Gerard Moreno resopla tras fallar el penalti. Gerard Moreno resopla tras fallar el penalti.

Gerard Moreno resopla tras fallar el penalti. / Kiko Huesca / Efe

Esta vez la selección española comenzó ganando. Y con gol de Morata. Con suspense, VAR mediante, el delantero y todos los aficionados se las prometían felices cuando anotó un buen gol de 9 a los 25 minutos. Nada más lejos de la realidad. Avisaron Swiderski y Lewandowski antes de finalizar el primer tiempo y sería el delantero del Bayern Múnich el que golpearía para establecer la igualada.

Si la pareja de centrales ya había exhibido su ternura ante Isak, con el artillero polaco casi ni existió. Un breve forcejeo con Laporte le bastó para ganarse el sitio y conectar un testarazo marca de la casa. Reaccionó de inmediato el combinado español, que se encontró con ese penalti de Moder sobre Gerard Moreno. El propio atacante del Villarreal cogió el balón, pero su lanzamiento se estrelló en el poste y el posterior remate de Morata se marchó desviado. Ahí prácticamente se acabó España, aunque contabilizara alguna ocasión más, sobre todo otra de Morata.

Un grupo de aficionados españoles en la grada de La Cartuja. Un grupo de aficionados españoles en la grada de La Cartuja.

Un grupo de aficionados españoles en la grada de La Cartuja. / Kiko Huesca / Efe

Luis Enrique movió el banquillo hasta acabar sin un delantero puro sobre el césped. Pero tampoco carburó la selección con Sarabia, Fabián o Ferran Torres sobre el césped. La veteranía de los polacos, que se emplearon con dureza, acabó por anular al combinado español.

Ahora serán días para hablar del bajo rendimiento de los que están y también para acordarse de algunos de los que no recibieron la llamada del seleccionador. Eso ya no tiene arreglo, pero éste sí debe remover su once para rearmar a su equipo para la final del miércoles ante Eslovaquia. Será un cruce anticipado, ya que todo lo que no sea ganar dejará a España casi sin opciones de estar en los octavos de final. Cierto es que esta selección no tiene el nivel de otros tiempos, pero Luis Enrique está obligado a elevar el rendimiento para evitar un ridículo histórico. En la segunda noche en La Cartuja, esta vez los pitos fueron para él.

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