Fútbol | Liga Santander

Un Barça triste dice adiós a todo

  • El Celta venció con dos goles de Santi Mina, remontando el de Messi

Koeman trata de saludar a Messi a la conclusión del encuentro.

Koeman trata de saludar a Messi a la conclusión del encuentro. / alejandro garcía / efe

Un Barcelona triste se despidió matemáticamente del título al perder por 1-2 ante un Celta que sumó su quinta victoria consecutiva, la cual no le sirvió para alargar el sueño europeo. Un doblete de Santi Mina dio el triunfo en el Camp Nou a los vigueses, que remontaron el tanto inicial de un Messi que pudo haber jugado su último encuentro en el feudo azulgrana.

La utopía invernal del Barcelona de conseguir el doblete de Liga y Copa del Rey se convirtió en una posibilidad tan factible en primavera que levantó la segunda y llegó a depender de sí mismo para llevarse la primera, pero la mala racha acumulada en los últimos cinco partidos (un triunfo, dos empates y dos derrotas) lo hizo imposible.

El cuadro gallego se encontró con un contratiempo en el calentamiento, cuando Aidoo notó unas molestias que obligaron a Eduardo Coudet a tener que reemplazarlo. El Barcelona empezó el partido volcándose al ataque, pero sin disponer de remates claros ante Iván Villar. Tan solo Griezmann, tras un pase interior de Messi, tuvo un cara a cara con el portero, al que no pudo superar. Poco después fue el propio jugador argentino quien correteó por la autopista central antes de buscar el costado derecho del portero desde la frontal, pero el disparo se fue desviado.

En cambio, en el minuto 28 Messi no desaprovechó un gran servicio de Sergio Busquets, que le puso un balón milimétrico en la cabeza. Fue el gol número 30 del azulgrana en esta Liga. Desde la temporada 2009-2010 tan solo no llegó a la treintena de tantos en el campeonato liguero en tres ocasiones (2013-2014, 2015-2016 y 2019-2020).

La alegría del tanto le duró poco al Barcelona. Sólo diez minutos, cuando un disparó fuerte desde la frontal del área en la primera llegada del Celta dejó helado a Ter Stegen, quien no pudo ver la trayectoria del balón porque se lo impidió Piqué.

El conjunto azulgrana echó de menos la verticalidad de De Jong, sancionado por acumulación de tarjetas, y Moriba, su sustituto, se mostró rutinario como el resto del ataque del Barcelona. Pedri, exhausto por los minutos acumulados, fue sustituido por el infrautilizado Riqui Puig en el descanso, pero la cosa no cambió.

Los tres aspirantes a la Liga empataban en ese momento y un triunfo entonces permitía al Barcelona llegar a la última jornada con opciones matemáticas de título, un hecho que prácticamente se descartaba después de empatar el martes en el Ciutat de Valencia. Riqui Puig dio un poco de desparpajo al Barcelona, que de todas maneras prácticamente no logró acercarse con peligro a la portería del Celta.

A falta de 20 minutos para el final, Koeman intentó dar otro aire al ataque con la doble entrada de Trincao y Braithwaite y cinco minutos más tarde el Osasuna se adelantó en el Wanda Metropolitano, dejando en bandeja al Barcelona la posibilidad de llegar a la última jornada con opciones.

Pero la impotencia de los azulgrana pasó de la teoría a la práctica con todo su esplendor. En el minuto 83 Lenglet fue expulsado por doble amarilla y poco después el Atlético remontó al Osasuna. La conclusión del drama catalán y la epopeya gallega la puso Santi Mina, quien batió en el 89 a un desnortado Ter Stegen al aprovechar el rechace del palo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios