Tenis

Alex de Miñaur cautiva a Málaga y lleva a Australia a la final de la Copa Davis de Málaga

  • Alcanza su primera final de Copa Davis en 19 años tras remontar a Croacia y culminar en el doble

  • El joven de origen cautiva al público de Málaga con juego y cariño

  • Este sábado, Canadá-Italia

Alex de Miñaur celebra un punto.

Alex de Miñaur celebra un punto. / Efe

Álex de Miñaur es un chico de 23 años nacido en Sidney, de padre uruguayo y madre española, de Alicante. Pancho y Esther volvieron a España cuando Álex tenía cinco años. Y aquí vivió desde entonces. La familia y el jugador eligieron jugar con Australia porque consideraron que no se apostó por él en España. Coetáneo del malagueño Alejandro Davidovich, De Miñaur lleva ya un par temporadas instalado entre los 30 mejores, pisando también el Top 20. Piernas veloces, una pequeña ardilla que corre tras la bola para devolverlo todo. Sin España, sin Alcaraz ni Nadal ni los notables jugadores que vinieron a Málaga de la Armada, De Miñaur era la pequeña cuota española que quedaba para jugar sobre el greenset del Carpena. A través de las redes había regalado entradas a los primeros 15 malagueños que le escribieran. Tras ganar sus dos partidos ante Van den Zandschulp y Cilic manda guiños a la afición. “Muchas gracias a todo el público, estamos intentando conseguir la revancha conta España. Os pido que animéis a Australia, vamos a ganarlo todos”, decía sin ambages para ganarse al público neutral del Carpena. Y el respetable malagueño, lógicamente, le adoptaba y esperaba acogerle en la final. Cautivó con juego y simpatía. 

De Miñaur ofreció quizá el mejor tenis de todo lo visto en estos cuatro días y 13 partidos. Ofreció un recital ante Maric Cilic, que quizá gastó todo lo que tenía en el depósito ante Carreño y no mostró la movilidad y la energía. De Miñaur le aniquiló devolviéndole todo hasta desesperarle. 6-2 y 6-2, con dos breaks en cada set, para forzar el tercer partido.

Previamente, Borna Coric, número dos croata con nivel de número uno en esta semana, superó a Thanassi Kokkinakis. Lleyton Hewitt varió la estrategia. Jordan Thompson había ganado en la primera jornada, pero prefirió variar. Después se conocería su treta de cambiar a última hora el doble y colocar a Thompson con Matt Purcell. Coric dominó a placer, con un martillo en el saque y manejando las suertes del revés y la derecha para meter presión al contrario, con buenos golpes pero insuficientes para oponerse a un jugador con hambre atrasada tras un año fuera de las pistas por lesión y que le hizo caer en las profundidades del ranking mundial. Ahora vuela y ha hecho una segunda parte de temporada sensacional. Vencía por 6-4 y 6-3 con bastante autoridad.

Todo quedaba para el doble. Cuatro buenos especialistas sobre la pista. La escuela australiana siempre produjo grandes jugadores en esta especialidades, como lo son Purcell y Thompson, ambos con grand slams en sus vitrinas, como la pareja croata formada por Metkcic y Pavic, recientes finalistas en las ATP Finals de Turín y que han sido número uno. La bala de plata del doble, que en esta competición cobra una enorme importancia por su factor definitivo. El partido va rápido, difícil romper el saque del rival. El primer set cae en el tie break para los croatas (7-3 en la muerte súbita), el segundo para los australianos, que meten más presión sobre el saque contrario y acaban sacando rédito en el undécimo juego para llevarse la manga (7-5). La rapidez de la superficie mengua el margen de error.

La inasequible charanga de Rijeka hace ruido en cada punto que gana su equipo, el resto del Carpena va con los chicos de De Miñaur. En el séptimo juego de la manga, la presión australiana sobre el saque de Mektic da su fruto y gana 4-3 Australia con el servicio. Lleyton Hewitt anima desde la banda con la misma fiereza que cuando jugaba. Y consumaba el 6-4 que daba el pase a la final. La gran Australia llega a la final por primera vez desde 2003, cuando ganaron a la España de Moyá, Ferrero, Corretja y Feliciano. Allí estaba Hewitt, ganador aquella vez en la pista. Esta vez tiene a Alex de Miñaur, que conquistó al público de Málaga con su juego y sus guiños, para llevar la Ensaladera a las Antípodas. Este sábado, Italia-Canadá, la otra semifinal.

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