Tercera persona | Crítica

Lo que vive una madre

  • Valérie Mréjen plasma en 'Tercera persona' su particular experiencia de la maternidad

La escritora francesa Valérie Mréjen (París, 1969).

La escritora francesa Valérie Mréjen (París, 1969). / D. S.

Un momento crucial en la vida de cualquier persona: el nacimiento de una hija o de un hijo. Ya sea desde la celebración o desde el dolor –recuerdo el hermosísimo Sucederá la flor, de Jesús Montiel– contamos numerosos ejemplos de obras recientes que tratan la llegada de un nuevo miembro a la familia (La mejor madre del mundo, de Nuria Labari, o Irene y el aire, de Alberto Olmos). Ese acontecimiento siempre misterioso, apasionante, emotivo: una nueva vida que se cumple. Sobre la vida, y el embarazo, y la maternidad, escribe la escritora francesa Valérie Mréjen, conocida en España gracias al trabajo de la editorial Periférica.

En Tercera persona, Mjéren nos presenta un relato que podría ser –y es probable que en parte lo sea– un diario personal acerca de la madre primeriza. Acerca de la persona que, poco a poco, con inseguridades, torpezas, está conociendo una nueva vida, en su doble interpretación: la vida propia y la vida del hijo. La autora, desde un tono aséptico y una escritura muy cuidada, nos va narrando el testimonio de una madre que se está descubriendo en un contexto hasta ahora desconocido para ella. Al tiempo que hay otra vida que también descubre un mundo. Hablamos de dos miradas que miran todo por vez primera.

Portada del libro. Portada del libro.

Portada del libro. / D. S.

Pero Valérie Mréjen no se limita a contarnos confesiones más o menos personales en torno a la maternidad o el bebé. No es este libro una recopilación de anécdotas entrañables o de capítulos sobre la gestación, el nacimiento, la crianza. Hay en él reflexiones sobre un debate social urgente: la conciliación laboral, cómo los hijos pueden ser un condicionante en el desarrollo profesional de los padres –principalmente, claro, de la madre–. Escribe Mjéren: "Durante sus años de estudiante vio a los hombres compadecerse cuando sus colegas femeninas anunciaban que se hallaban en estado de buena esperanza (...) Se acabó la gloria, se acabó el futuro, se acabaron de una vez por todas sus aspiraciones". Cuántas veces nos encontramos con situaciones así: mujeres que desean ser madres y deben elegir entre su carrera profesional o personal. O que son despedidas al estar embarazadas. Una decisión personal como condicionante de la vida laboral. Por otra parte, se percibe un fuerte contraste en el tono de la novela, el cual combina momentos que transmiten emoción intensa con una narración ajena a la sentimentalidad.

En Tercera persona se nos revela el nacimiento de una vida, las historias que se suceden a partir del hecho, los momentos que los padres viven –con sus amigos, con sus conocidos, con su entorno–. Pero se cuenta desde una óptica distinta, desde un enfoque novedoso. La mirada de la escritora nos ayuda a ver allí donde no nos percatamos que están las sensibilidades, las emociones, episodios que desencadenan la reflexión. Es la maternidad una experiencia íntima y compartida, aunque en este libro se expresa desde la mirada literaria.

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