Mujeres en primera plana | Crítica

Una hora mayor de España

  • Edhasa publica 'Mujeres en primera plana', estupenda colección de artículos y reportajes que recoge la emergencia de las mujeres españolas de los años 20-30, también en cuanto al periodismo se refiere

imagen del escritor y profesor en la autónoma de Barcelona, Sergi Doria

imagen del escritor y profesor en la autónoma de Barcelona, Sergi Doria

La presente antología de artículos y entrevistas, obra del escritor Sergi Doria, cumple un doble cometido: el de recordar al numeroso plantel de mujeres que descollaron, en los años 20-30, en todos los órdenes sociales; vale decir, en los campos político, académico, artístico y deportivo. Y en segundo término, el de vindicar el papel de España en estos avances, cuya formulación legal llegaría, en su mayor parte, durante la II República, pero cuyo ámbito y cuya repercusión son, necesariamente, más amplios.

El triunfo de la mujer fue fruto parcial de las transformaciones nacidas en las trincheras de Europa

A este respecto, quizá resulte ilustrativo recordar los cambios que, según Vera Brittain, había traído la Gran Guerra a la inmediata realidad femenina: el acceso a la universidad, junto a una distinta relación con el cuerpo y la sexualidad, después de haber servido como enfermeras de campaña. Digamos, pues, que el grupo de mujeres prominentes que aquí se recoge es fruto parcial de las transformaciones nacidas en las trincheras de Europa. Pero también, y de igual modo, de la vasta controversia política que amenizó el siglo XIX y el comienzo del XX, así como del nuevo modelo de mujer propuesto por la pintura, el periodismo, la publicidad y el cine. De hecho, lo que se recoge en estas Mujeres en primera plana es la expresión periodística de este fenómeno, y ello en un doble sentido: en el sentido de quienes protagonizan la totalidad de las piezas aquí reunidas, y en el sentido de quienes las firman (Josefína Carabias, Magda Donato, Irene Falcón, Rosa María Arquimbau y Luisa Carnés, junto a otros colegas masculinos).

No obstante, la ambición de esta antología excede el carácter representativo de “la nueva mujer” del XX y muestra el modo, a veces dramático, a veces heroico (Clara Campoamor defendiendo el voto femenino, casi en solitario) en que este cambio se produjo. Y ello, como nos recuerda Doria, en un país moderno, audaz, voluntarioso, muy alejado del inflexible tópico oscurantista que aún nos aflige. En ese país dieron sus frutos María de Maetzu, Josefina Carabias, Victoria Kent, Lilí Álvarez, Mari-Pepa Colomer y cuantas aquí se nombran con oportunidad y justicia.

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