Nietzsche contra Foucault | Crítica

Contra Parménides

  • Ediciones del subsuelo reúne dos ensayos de Bouveresse donde 'deconstruye' la filosofía de Foucault y su relación, su estrecha y problemática relación, con la filosofía de Nietzsche y su 'voluntad de poder'

Imagen del filósofo francés Jacques Bouveresse

Imagen del filósofo francés Jacques Bouveresse

Se recogen aquí dos ensayos de Bouveresse cuya intención primera, visible desde el título, es la de contraponer a Foucault con la filosofía de Nietzsche; y en concreto, con aquella parte que incide en el poder, la verdad y el conocimiento, y de la que Foucault se reclamó discípulo. La intención última, no obstante, es la de desautorizar la filosofía de Foucault, tanto en lo que concierne a su linaje nietzscheano, como a la conversión de la verdad en un fruto de la potestad y su arbitraria urdimbre. Es decir, la conversión de la verdad, por parte de Foucault, a un producto histórico, hijo de la explotación y el predominio.

A la manera de un nuevo Parménides, Foucault presenta la verdad como una hija espuria del arbitrio

Con enorme sencillez, Bouveresse desmonta irremisiblemente la catedral foucaltiana. No solo en lo relativo a su historicismo, vinculable a Spengler, y en el que la verdad se diluye en el contexto histórico (véase Leo Strauss). Sino al desprecio de la realidad, a la manera de un nuevo Parménides, que le permite presentar la verdad como una hija espuria de la prevalencia. Sin embargo, Bouveresse distingue con precisión algo que Foucault ignora: la voluntad de poder resumida en una bomba atómica no excluye, sino que afirma, la verdad de la física de partículas. Se comprende así que, con esta deliberada confusión entre poder y verdad, su filosofía viniera enfocada al cuestionamiento de la Ilustración, como más refinado producto del arbitrio humano. Esta suspicacia ante la ordenación y cálculo del mundo, tan obvia en el Setecientos, es la que llevará a Foucault a una insistente, y no siempre errada, vigilancia del poder y sus formas. De hecho, es esta cautela ante el la coerción, incluso la coerción legítima, la que hará que Bouveresse aborde estas páginas, de claridad ejemplar, desde una admiración crítica, expresamente manifestada.

Se trata, en todo caso, de devolver el problema de la verdad a sus justos términos. De este modo, y siguiendo a Nietzsche, Bouveresse vuelve a deslindar el conocimiento de la verdad, su falible arquitectura, de la verdad misma.

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