Consumo

10 claves para elegir los mejores melones y sandías

Las sandías y melones de temporada son más sabrosos y sostenibles.

Las sandías y melones de temporada son más sabrosos y sostenibles.

Que sí, que sí. Que la fruta ya está disponible todo el año para todo el que quiera. Que lo de las frutas de temporada pasó a la historia y que en el súper de la vuelta de la esquina se pueden encontrar productos del otro lado del mundo.

No hay discusión en que todo eso es posible, como tampoco la hay en que hay frutas y frutas. Las que están siempre en el frutero y las que pudiendo estar no lo están porque sabemos que cuando mejor se comen, cuando apetecen, cuando están ricas de verdad es cuando toca su tiempo. Y el verano es, sin duda, tiempo de sandías y melones, unas frutas que no son frutas sino hortalizas y que traen de serie un problema: hay que saber elegirlos.

Para no perderse, la OCU ha realizado una pequeña guía con algunos consejos básicos para disfrutar de la compra, primero, y la degustación, después, de estos dos productos estrella del verano, que cuentan además con interesantes propiedades nutritivas: tienen menos azúcar que otras frutas y poseen propiedades diuréticas e hidratantes (el 88% del melón y el 92% de la sandía es agua).

Mejor, en su tiempo

Más sabroso y más sostenible. El consumo de estas frutas debe realizarse desde finales de mayo hasta octubre, en el caso de los melones, y hasta primeros de septiembre, las sandías.

Las piezas de arriba

Las sandías y melones, por su gran volumen, se suelen amontonar en la frutería. Es aconsejable escoger las que están encima porque suelen sufrir menos golpes.

Sin grietas

La corteza debe estar entera, sin grietas ni rajas, pero sin tomárselo a la tremenda: una marca en la piel, por ejemplo de un color más claro, no es ningún defecto.

Mejor si están duros al tacto

Una sandía o un melón blandos indica que han sufrido algún daño o están pasados.

Tocar y apretar

Una sandía que esté en su punto suena hueca cuando se le dan golpecitos. Para saber cómo está el melón hay que apretar los extremos: la base cederá y el otro extremo (el pedúnculo) se abombará.

Buen color

Un melón muy verde no estará maduro. En la sandía es más difícil saberlo por el color, así que mejor recurrir a la técnica del golpecito.

Buen olor

Para ’catar’ por el olfato la frescura de las piezas de sandía o melón hay que cogerlas y oler las zonas de pedúnculo.

Mejor cortadas que enteras

Es la forma más sencilla de asegurarse de que la fruta está en buen estado. Si se puede, es conveniente comprar medias o cuartos de pieza aunque, eso sí, deben estar bien envueltas o envasadas.

Corte y conservación

En la sandía no es necesario, pero para conservar bien el melón es mejor cortarle los extremos, sacar las pipas y guardar, tapadito, en la zona menos fría de la nevera.

El truco final

Si aún siguiendo estos consejos no se acierta, es fácil hacer madurar la fruta en casa colocándola en una bolsa de papel junto con un plátano o una manzana. La naturaleza hará su magia.

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