Un trío de protagonistas, que no se conocen entre sí, cuyos caminos van a colisionar desde el momento en el que un tipo aborde a Dee, una de ellas.

¿Qué harías si te ofrecieran un trabajo fácil, muy fácil, y a cambio te pagaran una desorbitada cantidad de dinero? Eso sí, las consecuencias si fallabas podían ser desastrosas para ti…

Emma Rose es una chica resuelta, cuyos recuerdos la trasladan al cielo, muy alto, junto a aquella cometa que casi toca las estrellas. Pero abajo, en el húmedo suelo de esta ciudad va a encontrar algo, un objeto que será la génesis de sus problemas…

Kay Kowalski bebe en su trabajo. Lo hace a escondidas mientras rememora los traspiés que la han llevado hasta estar muchas horas del día colgada de la centralita de urgencias de la policía, donde va a descubrir algo inesperado, que deberá dejar pasar o mojarse del todo, con el peligro que ello va a conllevar…

Estas son las tres líneas argumentales que van a entrecruzarse, retroceder en el tiempo, dándonos pistas de lo que ocurre en esta historia de corte noir, con momentos de violencia brutal, en el que los errores del pasado van a tener mucho peso con respecto al comportamiento de las protagonistas, que van a estar acosadas por aquellos que se supone han de servir y proteger a los habitantes de la urbe pero que, en esta ocasión (al menos un grupo de ellos) tratan de borrar de la faz de la tierra a todo aquel testigo de sus actividades poco legales.

Para ello, el guionista Matt Fraction ha utilizado el relato fragmentado, breves episodios en los que sin un aparente orden nos pone sobre la mesa diversos relatos protagonizados por los principales personajes de la trama. No solo Dee, Kay y Emma Rose, sino también el orondo Mann, el tipo por cuya culpa las mujeres van a pasar por un verdadero infierno.

Como ya hizo en la exitosa miniserie protagonizada por Jimmy Olsen y en la serie Sex Criminals, el juego que inicia con el lector es del todo apasionante, ya que pocas son las pistas con las que cuentas al principio, pero estas te irán llevando a través de las increíblemente dibujadas páginas de la autora francesa Elsa Charretier, en uno de sus trabajos más personales, sobre los que sobrevuela el espíritu del gran Darwin Cooke, como ella misma confiesa.

Como no podía ser de otra manera, el color tiene una importancia vital en la trama, ayudando a transportarnos de un relato (y el tiempo en el que este se desarrolla) a otro. Matt Hollingsworth realiza un trabajo soberbio con su paleta.

El volumen se completa con algo que no es muy usual, una especie de 'cuaderno de viaje' en el que Elsa Charretier nos lleva de la mano a través del diseño de los personajes, la elección del estilo, la traslación del guion a la viñeta…

La redención puede llegar a nuestras vidas de la manera más inesperada, y aunque ésta conlleve dolor y violencia, tal vez al final del trayecto podamos encontrar la paz. O no…