Cómics

Los desastres de la guerra

  • ¿Se puede sobrevivir a una experiencia bélica como la vivida en tierras vietnamitas?

Detalle de la ilustración de portada.

Detalle de la ilustración de portada.

La respuesta es sí y no. Muchos jóvenes enviados allí no regresaron jamás, muriendo en aquellas húmedas junglas a manos de los Charlies. Pero los que regresaron no es que estuvieran mejor, ya que las heridas que ellos trajeron fueron mucho más profundas, clavadas como afilados machetes en su psique.

Cuando aún no se le había dado nombre al TEPT, trastorno de estrés postraumático, un puñado de soldados, que habían sido auténtica carne de cañón en aquel conflicto que nada tenía que ver con ellos, que los golpeó, reduciendo a cenizas ese orgullo yanqui con el que los aleccionaron en los durísimos campos de entrenamiento, regresaron a sus vidas como civiles.

Los protagonistas de estas historias son George Phillip Lamontre, Bill Davis, Frank Corley, Nelson Blackman, Richard Clutter, Thomas Marlow y Steve Moriarty…

No, no los busquéis en los libros de historia. Ellos tan solo son una anotación a pie de página, que se pierde entre los miles de 'regresados' de esa atroz guerra, marcados para siempre.

En estos relatos vamos a seguirles en sus 'nuevas' existencias, de vuelta a lo cotidiano pero sin poder huir de esa pesadilla que se les ha pegado a la piel y que los lleva una y otra vez a esas tierras que quisieran olvidar para siempre, y los innombrables pecados que allí se cometieron en nombre de una bandera.

Para un servidor, que echó los dientes leyendo cómics en los años ochenta, la llegada de estas historias fue como un puñetazo en el bajo vientre. Sus autores, Óscar Aibar y Fernando de Felipe, habían bebido de multitud de fuentes, sobre todo la cinematográfica. En las viñetas de estas historias se ciernen mil y una influencias, absorbidas con talento por los autores y, una vez regurgitadas, dan como producto unos retratos humanos en cuyos rasgos, que traspasan la viñeta, se pueden ver las cicatrices psicológicas que estos personajes padecen.

Desde el presentador de dentífrica sonrisa que reconvertido en vigilante se encontrará con la horma de su zapato, a un grupo de niños que, en Halloween, vivirán en primera persona el horror al meterse en casa de uno de estos veteranos.

El peso de la culpa que golpea, una y otra vez, y tan solo puede lavarse con sangre de los inocentes, o cómo la relación de unos hermanos ya no será nunca la misma.

También seremos testigos de una noticia a pie de página que nos introduce en un relato que revelará la verdad sobre un misterio que ha llenado páginas y páginas de estudios.

Las heridas que se ven no son las más dolorosas, y la única manera de acallar esas voces que nos llaman, es acudir a su origen para, en algunas ocasiones, terminar con esta tortura en el callejón de la muerte, rememorando escenas que se repiten una y otra vez, hasta que un fundido en negro termina con todo.

Estamos de enhorabuena. Tanto para los que disfrutamos con la obra de Óscar Aibar y Fernando de Felipe en su publicación original, como todos esos lectores que aún no han podido sumergirse en ellas. ECC rompe el hielo con este Nacido Salvaje en una línea que reunirá toda la obra del segundo. Así que iros preparando, ya que le viaje va a ser muy movido, pero inolvidable, a través del personal universo de uno de los autores más interesantes del panorama comiquero de los años ochenta y noventa.

Esta flamante edición viene acompañada por un muy necesario prólogo por otro de esos nombres que compartió cabecera con Aibar y De Felipe en múltiples publicaciones, Montecarlo, que nos pone en situación, abriendo la puerta para enfrentarnos a esta serie de relatos.

El volumen también incluye una interesante serie de escritos firmados por Mariano Hispano, publicados en la edición de Glenat estas historias, y que se convierten en una galería en la que viajaremos al tiempo y podemos contemplar todas la influencias, cinematográficas, literarias, musicales, que dieron como resultado el contenido de esta singular obra.

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