Cómics

¿Quién soy yo?

  • Vuelve el Maestro del Terror nipón, en esta ocasión, con un registro diferente al que nos tiene habituados

Junji Ito nos tiene acostumbrados a sus relatos oscuros, en los que imágenes de pesadilla nos van a acompañar después de su lectura, dejando marca en nuestra memoria. Somos afortunados de que su obra haya sido acogida con tanto fervor por los lectores españoles, ya que ECC Ediciones ha publicado ya gran cantidad de ella, desde las más reconocidas (Tomie, Uzumaki, Gyo…), pasando por la colección de sus relatos cortos y las más recientes, a la que pertenece esta Indigno de ser humano.

En ella el autor adapta la novela de tintes autobiográficos escrita por uno de los escritores japoneses más admirados del siglo XX, Osamu Dazai (El Ocaso), cuya desgraciada existencia es plasmada en sus escritos, particularmente en este, como vamos a ver a continuación.

En el primer volumen conoceremos al joven Yôzô Ooba, un joven con un mundo interior gris, ya que pese a su fachada de tipo gracioso, el payaso de la clase, sufre lo indecible debido a ciertos hechos que lo van a traumatizar de por vida. Vive las cosas sin empatizar con ninguno de los miembros de su numerosa familia, liderada por un autoritario padre.

Su vida de continua así hasta que en el colegio nota que uno de sus compañeros, Takeichi, un pobre chico que destaca por su extrema fealdad, es el único que se percata de que su vida es puro teatro, por lo que desde entonces ambos se convierten en inseparables, con trágicas consecuencias, ya que el pobre chaval se va a encaprichar, animado por el protagonista, de una de sus primas.

El contenido erótico de esta obra es alto, y así veremos cómo YôZô encandila a sus dos primas, logrando hacerse con sus favores sexuales. Pero este joven parece poseer un especial toque para que todo lo que toca quede impregnado por el drama…

Y así comenzará un deambular, sin norte, por una vida de excesos que lo llevarán a conocer a lo más bajo de la sociedad japonesa y, en paralelo, conocerá a varias mujeres que lo dejarán marcado. Una de ellas será Tsuneko, una triste mujer con que comenzará una relación extremadamente tóxica que concluye con uno de los pasajes más duros de esta obra.

Os comentaba al principio que esta historia se aleja del terror al que nos tiene acostumbrados su autor, Junji Ito, pero no creáis por un momento que el mangaka va a evitar la posibilidad de dejar su “sello” en varias secuencias, espacialmente impactantes y desagradables, en las que algún que otro imaginario fantasma acecha a Yôzô…

En el segundo volumen, un protagonista ya completamente adulto sigue con sus dudas existenciales. Tras su experiencia, algo traumática, con los miembros del partido comunista japonés, se refugia en los brazos y el hogar de otra mujer que vive con su joven hija. Allí vivirá una época de aparente tranquilidad, ya que empieza a dibujar historias para un periódico y a plasmar sus pesadillas en un lienzo, pero el alcoholismo que padece no le va a hacer las cosas fáciles a él ni a los que lo rodean.

Nuevamente, la huida hacia adelante, sin mirar atrás. Tras una estancia bajo el techo de la propietaria de un bar, el azar hace que se cruce en su camino Yoshiko, una tímida chica con la que terminará casado.

Pero ese imaginario cáncer que lo consume, los recuerdos que pesan como el acero y la imprevista visita de su progenitor harán que, de nuevo, las cosas se tuerzan y termine regresando a su vida de alcohol, prostitutas y enfermedad, en la que va a pasar por episodios en los que padecerá visiones terribles, que parecen marcar lo que se avecina…

Una obra ésta que, pese a su extrema dureza y nihilismo, encuentro harto interesante ya que nos retrata a un personaje y una época tal vez no muy conocida por los lectores occidentales. La vida de Yôzô, alter ego del autor de la novela, Osamu Dazai, cuya existencia estuvo marcada, hasta su suicidio final, por un completo y total fatalismo. Una persona que siempre dudó de su propia humanidad, como reza el título.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios