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Viajando por Ether

  • Matt Kindt y David Rubín embarcan a su protagonista en un nuevo y peligroso periplo por este fantástico mundo

Una imagen de la obra.

Una imagen de la obra.

Si viajáis a la ciudad de los canales, Venecia, tal vez tengáis la oportunidad de conocer a un viejo vagabundo, un tipo barbudo y desaliñado al que encontraréis más de una vez royendo un trozo de pan o una porción de pizza rescatada de la basura.

Pero Boone Dias, que es su nombre, no es lo que parece. Él podría contaros docenas de historias sobre ese país al que para llegar hay que ejecutar un "salto de fe", dejando todo atrás… Para llegar a Ether, un lugar distinto, donde los colores son más llamativos y sus habitantes parecen salidos de un libro creado por un escritor con una imaginación desbordante.

Pero es real, totalmente real. Y Boone lo sabe porque ha traspasado la barrera docenas de veces para resolver misterios. Con su mente racional, ya que no cree en lo místico, ha viajado a lo largo y ancho de estas curiosas tierras, ayudando a algunos habitantes, pero también creándose peligrosos enemigos, villanos que actúan en la sombra y que desean la destrucción de esa otra gris realidad, la de la Tierra.

Para los que hayáis tenido la suerte de leer el primer volumen de esta serie publicada por Astiberri, ya sabéis quiénes son sus principales protagonistas, ya que además de Boone, vamos a conocer a Glum, el guardián de paso, un enorme simio que, sin proponérselo, se convierte en la mano derecha del investigador, una especie de Watson peludo. Pero no será el único, ya que en el país de las hadas reside una muy especial, con bastante mala baba, Violeta Campana. En este segundo volumen conoceremos, a base de flashbacks, como ella y el protagonista se conocieron, y el luctuoso suceso que tendió entre ellos un abismo.

Pero regresemos a Venecia, donde Boone pasa los días, ahogado por los errores y pérdidas que ha sufrido a consecuencia de esa otra "vida" en Ether, ya que un solo día allí son meses en nuestro mundo, por lo que su matrimonio con Hazel, su esposa, se rompió para siempre, dejando a dos hijas abandonadas por el camino.

Un suceso inexplicable, y terriblemente peligroso, acecha. Una serie de agujeros, portales, se están abriendo a lo largo y ancho del planeta, tendiendo un camino entre los dos mundos. Y lo que puede venir de Ether no lo hace precisamente en son de paz. La amenaza de los Gólems de cobre acecha a la humanidad (en el anterior tomo ya pudimos ver el caos que solo uno de ellos pudo crear).

Reclutado por la agente de una organización secreta, Boone regresará a Ether, pero esta vez la ayuda de Glum y Violeta no será suficiente, así que deberá reclutar a Grandon Cuerposado, un tipo al que le gusta el peligro y que es el único que puede localizar y anular los pasajes. Pero antes tendrán que liberarlo de la letal prisión en la que se encuentra encarcelado.

Y aquí se inicia esta extraordinaria aventura que los va a llevar a parajes lejanos y extremadamente peligroso, y en ellos conocerán a nuevos personajes, como la maga Agripa, al Narrador Supremo, Gail Animin, que en alguna ocasión les va a poner las cosas muy difíciles al cuarteto de héroes que, sumando la racionalidad de Boone, más la total y absoluta locura de Grandon, puede que logren a acabar con la letal amenaza. Pero no va a ser cosa fácil, os lo aseguro.

El guionista norteamericano Matt Kindt ha creado una fantasía en la que se mezcla un mundo habitado por personajes imposibles, pero donde el Mal está latente, y lo enfrenta a la realidad, un lugar oscuro, triste, deprimente, donde Boone se consume poco a poco, y al que está condenado a regresar cada vez que su cuerpo se desgastas, quedándose sin la energía que le proporciona la comida, alimentos que su cuerpo rechaza en Ether.

Me pregunto si llegará el día en el que varias de las mejores creaciones de Kindt, publicadas en el mercado estadounidense, llegarán a nuestro país. No comprendo por qué los lectores españoles aún no han podido disfrutar de MIND MGMT, Dept H o Grass Kings, tres maravillas, dibujadas las dos primeras por él mismo y la tercera junto a Tyler Jenkins, en las que este genial guionista nos presenta organizaciones secretas, poderes mentales, aventuras submarinas y los misteriosos asesinatos que se cometen en una curiosa localidad.

Pero volviendo a Ether, esta serie no existiría sin el mágico y potente trazo de su cocreador, el autor español David Rubín, que mes a mes deja constancia de su arte en su exitosa carrera en los USA y lo hace no solo en estas páginas, repletas de ingenio y originales diseños, sino que junto a el guionista John Arcudi, acaba de completar el segundo volumen de otra serie, Rumble (cuyo primer arco está siendo publicado también por Astiberri).

Rubín explora todas las posibilidades de la página de cómic, regalándonos un auténtico tour de force visual, una delicia para la vista, constatación y golpe en la mesa para esos agoreros que manifiestan de vez en cuando que este medio, el Cómic, está agotado.

Si os gusta la aventura, la fantasía más desbordante, éste es vuestro cómic. Eso sí, tened en cuenta una cosa. Los que se internan en Ether ya nos será los mismos a su regreso…

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