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Solamente Gastón es igual que Gastón...

  • El divertido personaje de Franquin es atípico pues no está integrado en ninguna serie de la revista 'Le Journal de Spirou'. Se dedica a sabotear el trabajo de los redactores y dibujantes.

Gastón, en la portada del volumen.

Gastón, en la portada del volumen.

En 1991 se estrenó La bella y la bestia, película de animación producida por Walt Disney Feature Animation, que incluye el tema musical Solamente Gastón es igual que Gastón, dedicado al villano de la historia.

Lo cierto es que muchos años antes, en 1957, surgió en los cómics otro Gastón que también es inigualable, aunque por motivos completamente distintos al personaje de Disney: Gastón Elgafe, de André Franquin.

La vuelta de André Franquin a la editorial Dupuis tras diversos problemas que llevaron al autor a trabajar para la competencia, supone, por una parte, la continuación de Spirou y Fantasio, y por otra, la cesión de la editorial de un espacio donde Franquin pudiera explayarse con libertad.

André Franquin introdujo a Gastón en la revista Spirou n° 985, publicado el 28 de febrero 1957, ocupando pequeños espacios aislados, sin historieta, tira ni viñeta propia. Gastón Elgafe comenzó sin nombre, sin rumbo fijo, y aparentemente sin ninguna intención.

Todo era una broma de Yvan Delporte, redactor jefe, que necesitaba de un elemento perturbador de la paz en las páginas de la revista. Así nació Gastón, un tipo del que nadie sabía nada, con una misión: sabotear el trabajo de redactores y dibujantes, colándose en algunas páginas, destrozando unas o simplemente sorprendiendo con su presencia en otras.

A lo largo de unos nueve meses, los dibujos de Franquin aparecen repartidos por la revista y siempre rodeados de pisadas azules. El primer número de diciembre de 1957, el 1025, contiene la que puede considerarse como primera tira del personaje, siendo la aparecida en el número siguiente la primera con numeración. A finales de 1959, se comienza a publicar a media página. El éxito del personaje le hace saltar a la portada de Spirou a comienzos de 1962, y allí se quedará durante más de tres años, tras los cuales pasa a la tercera página de la revista, acompañando al editorial. A mediados de 1966, Gastón Elgafe adopta el formato de página completa en cuatro tiras.

Gastón se presenta a los lectores como un nuevo integrante de la redacción de la revista, una especie de chico de los recados. Aunque Gastón trabaja en la revista Spirou, la serie satiriza la vida de oficina en general, no exclusivamente el mundo de la edición de cómics. Es holgazán, muy cándido y le rodea un halo de mala suerte que suele incidir directamente en sus sufridos compañeros de trabajo. En su deambular le acompañan un gato y una gaviota que hacen perder de forma constante los nervios a cuantos se cruzan con ellos. Toca un extraño trombón, y pasa los días inventando cualquier cosa imaginable por increíble que pueda parecer.

Las dos series de Franquin comparten algunos personajes. Así, son frecuentes las apariciones de Gastón en la serie Spirou y Fantasio; y también los cameos de estos personajes en las páginas de Gastón Elgafe.

El aspecto de Gastón parece ahora de lo más normal, pero entonces supuso un arrebato de modernidad, una bocanada estética de juventud. Aquel jersey verde, apolillado y encogido; esos vaqueros raídos, con sus zapatillas de deporte y esas greñas, suponían, para el año 1957 toda una declaración de intenciones, al tiempo que una manera radical de definir la personalidad de un personaje. Gastón no sólo era un vago, sino que era alguien cercano, alguien con quien el lector joven, ese chaval precursor de la Nouvelle Vague, y del mayo del 68, podía identificarse. Gastón demostró ser un desastre, y probablemente así se sentían miles de lectores jóvenes en la posguerra europea, confundidos con la situación política, ahogados con economías que no terminaban de arrancar y encorsetados por aquel sistema social que acabaría siendo repudiado una década más tarde, cuando los lectores más jóvenes alcanzasen la mayoría de edad y empezasen a disponer de armas para ser escuchados.

Gastón Elgafe es la obra que representa la evolución personal y artística de André Franquin. En ella, escondidas en un humor aparentemente juvenil, se pueden entresacar sus obsesiones sobre la condición humana y el mundo. Es una parodia del propio autor.

Las catástrofes de Gastón se vieron en Spirou desde 1957 hasta 1996, pocos meses antes de la muerte de Franquin en 1997.

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