Queda poco más de una semana para que en los mejores (y otros que no tanto) cines de nuestro país se estrene un capítulo nuevo en ese culebrón en el que se han convertido las adaptaciones a la gran pantalla de las aventuras de los héroes de la editorial Marvel.

Pero estoy seguro que más de uno, y una, de esos espectadores desconocen el verdadero origen, en qué medio, nació el personaje interpretado por Benedict Cumberbatch, y que su rostro fue visto por primer vez en las páginas de Strange Tales, donde por motivos que aún no se han explicado, pasaba bastante desapercibido, ya que ni siquiera protagonizaba las portadas, copadas por otros héroes de La Casa de las ideas más famosos y seguidos por los lectores en aquellos ya lejanos años sesenta en los que el dúo artístico compuesto por Stan Lee y Steve Ditko lo parieron.

Pues bien, su popularidad fue aumentando, ganándose el favor de los aficionados, que cada vez se interesaban más por ese mundo oculto, místico, que se mostraba en sus páginas, y fue por ello que a principios de los setenta, concretamente en el año 1974, ese ex cirujano reconvertido en maestro de las artes místicas, tendría por fin su propia cabecera.

Este personaje, como muchos ya sabéis, no es lo que conocemos por definición como un superhéroe, aunque en muchas ocasiones se codee con ellos, cosa casi inevitable en el pobladísimo universo marvelita. Pero en su propia cabecera, salvo en contados momentos, la cosa va a ir de Magia con mayúsculas.

Y para ello se convocó a un tándem de confianza, que supiera coger con fuerza y seguridad las riendas de la colección: Steve Englehart al guion y Frank Brunner al dibujo.

Juntos van a colocar al protagonista al borde del abismo en una aventura que abre este nuevo volumen de la colección Marvel Gold. Y es que, para sorpresa de todos, el mago va a morir en sus primeras páginas, asesinado por un misterioso tipo que responde al nombre de Daga de Plata, que parece haberse encomendado la tarea de eliminar de nuestro mundo todo rastro de magia, hechicería o nigromancia, utilizando las mismas armas.

Pero claro, sin protagonista no hay historia, y está más que claro que pese a estar en el otro mundo, Extraño no es un tipo normal y tiene más de un truco guardado en la manga, como todo buen mago debe saber.

La coprotagonista de estas aventuras es la discípula de Stephen, Clea, que además de aprender todo lo que puede sobre la magia, reside junto a su maestro en la calle Bleecker, compartiendo algo más que sus sabias enseñanzas, ya que es la pareja del bigotudo protagonista.

Pero este primer arco argumental también cuenta con una característica muy, muy especial, y es el gran homenaje, o guiño, que los autores le hacen a la inmortal obra de Lewis Carroll, creador de las increíbles aventuras de Alicia en el país de las maravillas.Y es que no solo tendrán que perseguir a un conejo blanco, sino que, ya en ese ‘otro mundo’ al que va tras ser asesinado, el buen doctor se va a encontrar de sopetón con un personaje muy, muy especial, que está directamente extraído de las páginas protagonizadas por la rubia cría.

Tanto Englehart como Brunner hacen un trabajo espectacular, enfrentando al protagonista a la mismísima representación de la Parca, Muerte; mientras Clea, cautiva del desquiciado villano, es testigo de primera fila y conocerá el origen y motivaciones del tipo que mató a su amado.

Tras seis magníficos números, Brunner abandonó la colección y, como si de un hijo pródigo se tratara, el colosal Gene Colan regresó de nuevo para ilustrar las aventuras de Extraño, que en el nuevo arco argumental se las va a ver con su némesis, un vilano que parecía muerto, pero como todo buen aficionado debe ya saber, “nadie muere para siempre” (bueno, solo tal vez, y por ahora, el pobre tío Ben…) en los cómics de Marvel.Dormammu es su nombre y, junto a su maliciosa hermana Umra, han trazado un plan para acabar de una vez con su archienemigo, y poner en la balanza la supervivencia del mismísimo planeta Tierra…

Conjuros, maldiciones, cuerpos astrales, versos mágicos, objetos místicos… Todo será poco para detener a esta pareja tan peligrosa, que tiene a sus órdenes a un acólito llamado Oniri, que guarda una relación muy especial con la sufrida Clea.

¿Os parece suficiente reclamo para sumergiros en las páginas de este nuevo volumen? Pues que sepáis es este es tan solo el principio, ya que a los largo de sus más de cuatrocientas páginas, los protagonistas se van a encontrar, y enfrentar, a mil y una amenazas.

Y como es ya una tradición, el tomo viene rematado por una magnífica sección de extras, con páginas originales, textos muy clarificadores y más de una sorpresa.No lo penséis más y pronunciad las palabras mágicas que os llevaran a este apasionante universo… ¡ABRACADABRA!