Los sanroqueños se quitaron ayer la espinita clavada el año pasado en el domingo de romería. Los vecinos y visitantes pudieron celebrar la jornada de convivencia romera en el Pinar del Rey pese a la amenaza de precipitaciones que aunque finalmente hicieron acto de presencia durante el camino de vuelta a la ermita no provocaron mayores complicaciones.

No era el mejor día de la primavera. La temperatura, en algunos momentos fresca, condicionó en gran medida la afluencia de sanroqueños en la segunda jornada de romería, aunque quienes decidieron pasar por el pulmón verde de San Roque vivieron una jornada agradable.

Desde el Ayuntamiento informaron a través de una nota de que la fiesta transcurrió "prácticamente sin incidentes" tanto durante la estancia en el Pinar como durante los correspondientes recorridos de traslado del patrón. El alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, estuvo por la mañana acompañando a los romeros y compartió con ellos una paella, mientras que los tenientes de alcalde José Antonio Rojas y Mercedes Sánchez asistieron a la misa rociera.

El oficio religioso fue oficiado a mediodía por el párroco de Santa María La Coronada, Antonio Varo, en el templete del área recreativa acompañado por el coro rociero Ciudad de San Roque. Tras la homilía, se llevó a cabo una bendición de medallas para los hermanos de la asociación parroquial de San Roque.

Sobre las dos de la tarde, la actividad fue la típica de una jornada de campo. Familias enteras reunidas en torno a las barbacoas y mesas de camping para compartir comida, bebida y bailes. Muchos de los que pernoctaron destacaron que la noche había sido algo fría, pero llevadera, en comparación con el año pasado, cuando las lluvias obligaron a suspender la jornada del domingo.

Pero la previsión de precipitaciones llevó a la organización a adelantar el regreso de la imagen del santo a su ermita. El cortejo partió finalmente sobre las cinco de la tarde -en lugar de a las seis y media- dirigiéndose primero hacia la finca Salomón, para enfilar hacia San Roque pasando por la carretera del Albarracín, Ejido (Alto), Avenida del Ejército y Los Sargentos como recorrido hacia la ermita.

El presidente de la asociación parroquial, Samuel Barberán, explicó que la organización había previsto plásticos y una capa para guarecer la talla de San Roque (de unos cien años de antigüedad) y que en caso de lluvias intensas que pudieran poner en riesgo la conservación de la imagen, se contaba con un furgón listo para su traslado.

El camino de vuelta, pues, fue algo más acelerado y el santo llegó al casco urbano sobre las ocho de la tarde, sin que trascendieran problemas más que algún aguacero.

Barberán aprovechó para agradecer la implicación de toda la organización y el amplio despliegue de seguridad, que este año incorporó la Unidad Ecuestre de la Guardia Civil, si bien reconoció que la desapacible climatología restó participación. "La noche ha sido tranquila, y el día un tanto frío, lo que ha provocado que vengan menos personas que las previstas en un primer momento", sostuvo. La organización llegó a estimar que unas cinco mil personas pasaran por el Pinar. "Ha estado un poco flojo, pero en global el desarrollo de la romería ha sido positivo. Ahora, como organización, nos toca intentar mejorar para los próximos años", explicó a este periódico.

En la organización de la romería de San Roque, además del Consistorio -con numerosos departamentos implicados- y la asociación parroquial, también han intervenido la asociación de amigos del caballo La Polaina, la asociación caballista Albarracín, la Venerable Hermandad del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora de la Esperanza, así como la asociación rociera Ciudad de San Roque.