Campo de Gibraltar

Los jóvenes barreños practican el 'botellón' en cuatro zonas del casco

Vasos de plástico, hielo, refrescos y alcohol son los cuatro elementos que sustentan el ocio de muchos jóvenes barreños durante los fines de semana. El botellón no es considerado como un problema de primer orden por las autoridades barreñas, que son conscientes de que los jóvenes realizan esta práctica hasta en cuatro puntos distintos del casco urbano.

La mayor parte de la juventud se reúne durante las noches de los viernes y sábados en los aledaños de la plaza de toros La Montera, donde se encuentra la única discoteca del casco urbano y en cuyo entorno no hay viviendas relativamente cerca.

Pero en los otros tres emplazamientos principales se produce una colisión entre el derecho al descanso y la diversión. Los otros tres puntos calientes del botellón barreño son el jardín botánico y parque Betty Molesworth en Santa Rosa; el parque La Cigüeña, conocido popularmente como el parque de los patos, y el parque infantil de la zona de San Isidro.

Los residentes en esta última barriada explican a este diario que un grupo de adolescentes se concentra los fines de semana para beber resguardándose en el alero de los locales comerciales. El parque infantil aledaño amanece los domingos lleno de botellas rotas. "No nos parece suficiente que se limpie la zona los lunes por la mañana. A veces se producen peleas y las motos campan a sus anchas por la zona a gran velocidad e incluso orinan en los jardines", destaca una de las vecinas, quien añade que varios residentes han sufrido desperfectos en sus coches. "A veces, entre semana, también vienen por la mañana cuando deberían estar estudiando", apuntan.

No es la única zona con quejas. El pasado verano los vecinos de Santa Rosa alertaban de la suciedad acumulada en el parque botánico y el Betty Molesworth, donde se sigue practicando el botellón en pequeños grupos durante los fines de semana. Los residentes del edificio parque también han sufrido desperfectos, así como algunos vehículos.

Aunque la práctica de beber en la calle ha decaído ligeramente con la llegada del otoño, lo cierto es que las navidades, y con ellas una mayor presencia de jóvenes de fiesta, están a la vuelta de la esquina.

El papel de las autoridades municipales en cuanto al botellón puede calificarse más como conciliador que punitivo. El alcalde, Alonso Rojas, y también responsable municipal de Seguridad, subraya que la Policía Local desplaza una unidad junto a La Montera y que los agentes, en sus rondas, tratan de encauzar a los jóvenes hasta este punto. Sólo en el caso de molestias graves se imponen las sanciones previstas por ley. "Por supuesto, en el caso de las sustancias estupefacientes, la Guardia Civil y la Policía no dejan pasar ni una", subraya Rojas.

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