Campo de Gibraltar

El impacto de la energía eólica a nivel mundial, a estudio en Tarifa

  • El grupo de trabajo de la Agencia Internacional de la Energía se reúne hasta el jueves en el CIMA

Un parque eólico.

Un parque eólico.

El grupo de trabajo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) dedicado a fauna alada y energías renovables se reúne por primera vez en España desde hoy hasta el jueves en el Centro Internacional de Migración de Aves (CIMA), que gestiona la Fundación Migres en Tarifa. Esta cita, que se lleva a cabo cada seis meses, reúne a investigadores, consultoras y ministerios de varios países, liderado por EEUU para asesorar a la AIE, entidad creada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

El grupo de trabajo analiza información sobre el impacto de la energía eólica en las aves, generando documentos que hace públicos en internet. En esta reunión se repasará lo que se ha hecho en el último semestre. El grupo de trabajo celebrará dos sesiones de trabajo y una salida a campo.

La cita la preside Chris Hein y contará con representantes de Francia, Alemania, Irlanda, Holanda, Noruega, Suecia, Suiza, Reino Unido, México y Colombia, además de España. En el caso español, el representante es el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), y la posición en su nombre la expondrá la Fundación Migres.

Migres, creada en el año 2003 por la Consejería de Medio Ambiente con el objetivo de seguir, investigar y divulgar información relativa a los procesos migratorios de la avifauna, así como a la conservación de especies amenazadas, tiene un papel crucial en el desarrollo de la energía eólica. Es la encargada del diseño y ejecución de las medidas ambientales vinculadas a los parques eólicos que formaban parte de la antigua Asociación Eólica de Tarifa (AET), siempre bajo la supervisión y coordinación de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio y financiadas por los promotores pertenecientes a la Asociación Eólica de Tarifa.

Las medidas ambientales compensatorias pretenden paliar el efecto difuso y continuado que los parques eólicos suponen para el ecosistema, por lo tanto no sólo están dirigidas a especies y hábitats afectados por la construcción y ulterior funcionamiento de los parques eólicos, sino que van también dirigidas a fortalecer otros elementos sensibles del ecosistema, con el objetivo de reducir su fragilidad.

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