Campo de Gibraltar

El circo contemporáneo se abre paso en Tarifa

  • La Asociación Circo Volátil imparte talleres de malabares, acrobacias y equilibrio Realiza dos funciones al año y organiza el festival Feincita

El circo contemporáneo ha llegado a Tarifa. Y lo ha hecho para quedarse, para hacer escuela y proyectar, desde este municipio, la necesidad de que los espectáculos de este tipo tengan vida y protagonismo en las zonas rurales. Con ese afán trabaja la Asociación Cultural Circo Volátil, nacida hace tan solo cuatro años, y que ya ha logrado consolidar una escuela de circo y un festival, conocido como Festival Internacional de Circo de Tarifa (Feincita), que el próximo mes de junio cumplirá su tercera edición.

Sara Rodríguez Costa, maestra de Educación Infantil y especialista en Artes Circenses, se trasladó desde su Madrid natal hasta Tarifa donde, desde 2012, está cumpliendo el sueño que siempre anheló: vivir del circo.

Desde que se pusiera en marcha la escuela, instalada en el nuevo pabellón polideportivo municipal gracias a la colaboración del Ayuntamiento, son seis los grupos de alumnos con los que trabajan Sara y los monitores, también formados en técnicas circenses.

Las especialidades con las que practican a diario son malabares, equilibrio sobre objetos, acrobacias de suelo y acrobacias aéreas, tanto en telas como en trapecio. Los alumnos más pequeños de la Escuela tienen tres años, pero también hay jóvenes y adultos que acuden a unas clases pensadas para vivir y disfrutar el circo. "A los niños les ilusiona mucho venir a nuestras clases porque juegan mucho y adquieren habilidades increíbles", comenta Sara, la directora.

En las clases de esta semana, Rebeca y Mike Dos Perillas han sido los encargados de continuar con el aprendizaje iniciado por estos jóvenes artistas del circo.

Pablo Gavilán, uno de los aprendices, lleva ya un año en la escuela y el trapecio es la especialidad que más le gusta. "Aquí me divierto mucho y hago nuevos amigos", comenta en un descanso entre piruetas.

Daniela Trillo, de 11 años, está cursando su segundo año. Explica que fue su mejor amiga quien la llevó hasta la escuela circense y que, tras hacer unas pruebas, enseguida le entró el gusanillo. No solo se inscribió en las clases, sino que añadió a una amiga más para disfrutar de esta experiencia juntas. "La bola, los malabares y el trapecio son las técnicas que más me gustan. Pero lo quemejor llevo es subirme a la bola y hacer equilibrio. Lo mío es el equlibrio", declara.

Rebeca es la responsable de técnicas aéreas como el trapecio, las telas y aros, y Mike Dos Perillas se encarga de la parte de equilibrio sobre objetos. Al inicio de cada clase realizan un calentamiento previo, que dirige un alumno distinto cada día, y luego son distribuidos por técnicas.

"Con los niños que empiezan usamos mucho el juego. Es fundamental que prueben todo y vayan viendo lo que les gusta. Así conocen las diferentes técnicas de circo",explica Rebeca, quien añade que empezar a trabajar y practicar estas artes no requiere ninguna cualidad especial.

Para la monitora, el éxito de esta escuela tiene que ver con lo divertido que resulta acudir a ella, pues los niños aprenden cosas que no les enseñan en ningún otro sitio. Y es que las volteretas, los portes y acrobacias forman parte del trabajo diario que realizan los alumnos antes de comenzar con las distintas especialidades.

En las clases se cuela, de vez en cuando, el miedo. "Suelen pasar algo de miedo, pero lo gestionan muy bien. De hecho en los ejercicios aéreos son ellos los que deciden hasta qué altura quieren llegar", cuenta la monitora.

Pero eso solo ocurre de vez en cuando y el resto del tiempo lo dedican a aprender; a trabajar en las dos funciones que realizan al año; y en el Festival Internacional de Circo de Tarifa (Feincita), cuya tercera edición se celebrará el próximo mes de junio.

Hasta entonces, los alumnos de la Escuela de Circo Volátil ensayan para poder entonar el "Más difícil todavía".

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