Decenas de algecireños aguardaban ayer a las puertas de la Iglesia de la Palma una histórica procesión, la Virgen de la Palma y San bernardo, ambos patronos de Algeciras, recorrían las calles juntos por primera vez.

A las 11:45 terminó una multitudinaria y emotiva misa en honor a la alcaldesa perpetua de la ciudad, donde el alcalde, José Ignacio Landaluce, renovó en nombre de la ciudad el voto de fidelidad de Algeciras a su patrona y alcaldesa perpetua.

"Convencido estoy, Señora, de que tu palma bendita nos seguirá protegiendo, como lo ha hecho desde que fuiste nombrada Patrona de una tierra que quiere seguir creciendo, y que cada día pone en ello su empeño a base de tesón y esfuerzo", fueron las palabras del primer edil en la función principal.

Una vez terminada la eucaristía se colocaron las rampas de madera en la puerta principal para comenzar con la procesión.

San Bernardo fue el primero en pisar las calles. Lo hacía sin peana, sobre el trono del Resucitado de los Salesianos y dirigido por Pepe Alcalá. En la Plaza Alta lo esperaban sus fieles y la banda de música de la Encrucijada, proveniente de Ceuta.

Tras este, el amplio cortejo de la Palma desfilaba abriendo camino a la Virgen bajo un intenso sol de agosto, todo un protagonista de la jornada.

La banda sinfónica Amando Herrero de Algeciras entonando el himno y los fuegos artificiales que disparaban desde la torre de la iglesia anunciaron la salida de la patrona, que un año más se veía arropada por decenas de algecireños.

El hermano mayor de la Hermandad de La Palma, Hermenegildo González, no se equivocaba hace unos días, en la presentación del nuevo número de la revista de la cofradía, cuando apuntaba que la procesión estaría cargada de momentos emotivos. Uno de ellos fue el protagonizado en el Ayuntamiento, donde el padre Jesús Casado dedicaba unas palabras con La Palma mirando hacia el mar, pidiéndole por todos aquellos que perecieron en él.

Otro de los momentos más especiales fue el que se vivió en la calle San Antonio, donde una lluvia de pétalos inundó la procesión. Sin duda, un soplo de ánimo para los 30 costaleros dirigidos por Carlos Acuña, que bailaban a la Virgen con el faldón levantado para aliviar el fuerte calor.

Además de procesionar junto a San Bernardo por el 95 aniversario del nombramiento de la Virgen de la Palma como patrona de la ciudad se incluyó una novedad más en el recorrido: la visita de ambos pasos a la capilla de la barriada de San Isidro.

La devoción de la barriada por la alcaldesa perpetua se notaba nada más pisar sus calles. Flores de papel blancas y amarillas, colores de la hermandad, decoraban las macetas, al igual que las distintas guirnaldas que colgaban en las calles del itinerario. Una petalá daba la bienvenida a La Palma, que se presentó ante Jesús Cautivo de Medinaceli y la Virgen de la Esperanza por su 75 aniversario.

La hermana mayor de la cofradía del Medinaceli, Inmaculada Pérez, hizo entrega de un cuadro conmemorativo a Hermenegildo González de este año tan especial para ambas hermandades. Un acto muy emotivo enmarcado por el cante de un coro rociero y las palabras de esperanza del padre Manuel Muñoz

Aún no eran las 14:00 cuando San Bernardo volvía a la Plaza Alta con una promesa que lo acompañaba a sus espaldas. Una recogida humilde y sencilla daba fin a la procesión del patrón de la ciudad.

Acto seguido lo hacía la Virgen de la Palma, que se encaminaba hacia su templo bajo la atenta mirada del pasillo formado por su cortejo.

A las 13:50 la patrona volvía a resguardarse en su templo hasta el próximo 15 de agosto tras una jornada protagonizada por la emoción, las novedades, la devoción y, sobre todo, por el calor.