tribuna de opinión

La UE debe girar sus ojos hacia el desafío humanitario de la inmigración

Vivimos una situación extraordinaria a la que el Gobierno de España responde con medidas extraordinarias. Liderando la solidaridad internacional, acogiendo al barco Aquarius, movido por sus convicciones humanitarias, de respeto a los derechos humanos. En tiempos extraordinarios, tus principios son tu brújula. Pero no solo avanzamos con las buenas intenciones, el Gobierno implementa medidas reales en la zona cada día.

En un mes y medio. Todo esto en un mes y medio; son los días que Pedro Sánchez lleva en la Moncloa. En 2016 entraron en España 8.162 personas por vía marítima. En 2017 entraron 22.106, es decir, un incremento del 171%. A 25 de julio, hemos recibido casi 20.000 personas. Nadie puede mirar atrás buscando culpables, de nada le sirve a quienes nos necesitan, pero sí a quienes planificamos soluciones: el Gobierno anterior ni previó incrementos ni dotó de presupuesto.

En agosto, la próxima semana, funcionará a pleno rendimiento un centro de recepción de inmigrantes en el Puerto de Algeciras que centralizará todo el proceso de atención asistencial y administrativo necesario. Se han invertido casi 3,5 millones de euros y en total, el Gobierno destinará 30 millones de euros de aquí a final de año para reforzar los dispositivos migratorios en la frontera sur, un "plan de emergencia" para atender la llegada de inmigrantes a pie de puerto, la atención humanitaria y los centros de derivación. El Gobierno de España es un gobierno de palabra y de hechos: acogida humanitaria e integración.

Se ha activado la Comisión delegada de asuntos migratorios y además, para la costa oriental, en Motril y Almería, queremos implementar un sistema análogo al de Algeciras para mejorar las instalaciones y los recursos. Convicciones dotadas de realidad. Hechos y presupuesto.

Tengo que resaltar el esfuerzo de los Cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado. Hombres y mujeres comprometidos con su labor en situaciones más que difíciles. Mejorar sus recursos es también un objetivo de este gobierno. Y el compromiso palpable de los ayuntamientos y ONG. De hecho, no tenemos un sistema colapsado, tenemos un sistema capaz de reseñar a todas las personas en menos de setenta y dos horas, siempre respetando los derechos humanos.

Eso sí, conscientes de las limitaciones que tenemos. Siempre. Porque si algo caracteriza a este Gobierno es su sinceridad para reconocer hasta dónde se puede llegar. El populismo y la demagogia son propiedad de otros.

Este no es un asunto español. Es una preocupación europea. Una responsabilidad compartida. La UE debe girar sus ojos hacia este desafío humanitario. El Gobierno de España lo sabe. Este es un reto abordable, no ya con una mirada fronteriza, de seguridad, sino de una política común europea en materia de refugiados y migrantes. Por eso, los esfuerzos ante gobiernos como el de Francia y Alemania están en nuestra agenda de soluciones a este desafío mediterráneo.

Hay que buscar cooperación solidaria, desde la UE y soluciones en origen, también. Por eso está prevista la visita del Ministro de Interior a Marruecos, Argelia y, el próximo lunes, a Mauritania, todos países de origen y tránsito de migrantes. Un mes y medio, unas convicciones firmes y hechos.

El Gobierno de España asume su responsabilidad, desde la firme convicción humanitaria, siendo realista con sus recursos y haciendo hincapié en que las migraciones no son preocupación de una sola bandera o de un solo país, sino una obligación a cumplir como europeos. Una obligación cumplida que nos permita mirar a los ojos a las generaciones venideras.

Y que nos permita entender que donde hay moneda única debe haber solidaridad única.

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