Campo de Gibraltar

Crisis en el tramo final de las negociaciones del Brexit en el Gobierno de Theresa May

Reino Unido entra en la recta final de sus decisivas negociaciones sobre el Brexit en medio de profundas divisiones internas en el Gobierno de Theresa May, dos años después de que los británicos votasen por salir de la Unión Europea (UE).

La primera ministra británica ha tenido que sortear en el último año rebeliones entre los diputados brexiteers (a favor de una salida dura de la UE) y los llamados remainers (los proeuropeos) por la dirección de las negociaciones con Bruselas.

"El Gobierno está dividido sobre el Brexit como lo ha estado siempre", señaló Victoria Honeyman, del Instituto de Política de la Universidad de Leeds.

Para el profesor de Política Tim Bale, de la Universidad Queen Mary, el Ejecutivo de May está "claramente e irremediablemente dividido. Tenía dos años para presentar una posición negociadora y, tristemente, ha fracasado".

Estas grietas están causadas por el tipo de vínculo comercial que Londres busca con la UE, una vez que el país se retire el 29 de marzo de 2019. Para resolver esto y presentar la posición oficial británica en materia comercial, May ha dividido a sus ministros en dos grupos con el fin de acercar posturas y llegar a un acuerdo.

En uno están los que prefieren una "asociación aduanera", por la que Londres recaudaría aranceles en nombre de la UE sobre los bienes llegados a sus puertos pero destinados a los Veintisiete, lo que evitaría controles en la frontera británico-europea, algo apoyado por los remainers, como el titular de Economía, Philip Hammond.

En el otro están los que defienden la "máxima facilitación", que permitiría recurrir a la última tecnología para minimizar la necesidad de controles fronterizos físicos tras el Brexit, fórmula defendida por los brexeeters, entre ellos el ministro de Exteriores, Boris Johnson, y el negociador británico, David Davis.

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