Foro Joly

Arellano reprocha a Fomento la falta de plazos en la Algeciras-Bobadilla

  • Mantiene que las obras deben tener como prioridad la mejora de la conexión del Puerto

Ramírez de Arellano, durante su intervención en el Foro Joly.

Ramírez de Arellano, durante su intervención en el Foro Joly. / Juan Carlos Vázquez

El anuncio del pasado jueves del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, de que el Corredor Mediterráneo estará terminado en 2021 sigue generando descontento en el Gobierno de la Junta de Andalucía y pone en tela de juicio la sintonía que debiera haber entre ejecutivos del mismo signo político.

El consejero de Economía, Hacienda y Administración Pública, Antonio Ramírez de Arellano, afirmó ayer durante su participación en el Foro Joly, patrocinado por la Fundación Unicaja, que los plazos para la construcción de la Algeciras-Bobadilla "siguen sin ser satisfactorios". En una respuesta a las preguntas planteadas en el coloquio, Arellano afirmó que el anuncio del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, "habla del horizonte de 2021, pero no dice que vayan a estar terminadas las obras en 2021".

Es más, el Ejecutivo andaluz cree que sigue sin concretarse una apuesta por el principal puerto de España, el de la Bahía de Algeciras. "Tenemos que reclamar que los tramos andaluces no sean el final del Corredor", dijo, antes de añadir que "no puede ser que Algeciras sea al último sitio al que se va a llegar, porque también puede ser el primer sitio por donde se comience esta infraestructura".

Ramírez de Arellano no ocultó su "preocupación" por que se relegue a Algeciras al final de la ejecución del proyecto. En cualquier caso, sí tuvo algún gesto hacia el Gobierno socialista respecto a este asunto: "Es bienvenido que el Gobierno afirme que el Corredor Mediterráneo va a llegar, pero queremos cuanto antes que empiecen las inversiones en Andalucía".

También evitó decir si el Ejecutivo de Pedro Sánchez estaba beneficiando a los puertos levantinos frente a los andaluces, una crítica habitual al Gobierno de Rajoy, y se limitó a señalar que Algeciras es el principal puerto español y puede generar actividad económica hacia el interior de Andalucía y de España.

La pasada semana, en el foro empresarial Quiero Corredor, Ábalos sostuvo que esa infraestructura estaría lista en 2021, pero añadió a renglón seguido: "Con las obras finalizadas o en ejecución".

En elñ ámbito de la financiación autonómica, Ramírez de Arellano también se refirió a la reunión que tiene previsto celebrar el próximo día 8 con su antecesora en el cargo y hoy ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Ante la pregunta de si en esa cita se hablará de la cuestión, el consejero andaluz señaló que el lugar razonable para hablar de ese asunto es el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), puesto que se trata de cuestión multilateral. "Puede haber diálogo bilateral, pero los acuerdo han de tomarse sólo en un lugar, que es el CPFF", dijo Arellano, en referencia también a la recuperada relación a dos entre el Gobierno del Estado y Cataluña.

Igualmente se mostró partidario de que haya transparencia en el cálculo de los recursos para las comunidades que tienen fueros reconocidos. "Los cupos forales están reconocidos en la Constitución y por tanto no son discutibles, pero sí que sea transparente el diálogo y el cálculo que se hacen de esos recursos", señaló.

El consejero dedicó buena parte de su conferencia a explicar por qué, a su juicio, Andalucía no logra converger con España y Europa.

Pese a que empezó haciendo una apelación a la autocrítica -sin que ésta llevase a la hipercrítica, dijo-, lo cierto es el responsable económico del Gobierno de Susana Díaz enfatizó más en factores externos que internos respecto a por qué Andalucía sigue teniendo pendiente el reto de la convergencia.

Arellano relató que Andalucía perdió en la Gran Recesión un 13% del PIB, lo mismo que el conjunto de España, pero menos que los 14 puntos que retrocedió Cataluña o los 15 de Cantabria o Canarias. Pero sobre todo culpó al ajuste por la devaluación interna, "que castigó especialmente a las regiones más dependientes del resto de España, como es Andalucía", lo que a su juicio "ha condicionado el periodo de salida de crisis". Guiarse por el "mito neoliberal de que la austeridad y el déficit cero eran la solución a todos los males" fue un error porque agravó "el problema y la brecha".

También enfatizó que el marco europeo de 2014-2020 se concibió también desde la contención del gasto, "justamente cuando más necesitaban inversiones los países más afectados por la crisis, habituales receptores de fondos europeos" y reprochó que se "usaron además como referencia los indicadores económicos de los años 2007-2009, totalmente irreales a comienzos de esta década". Eso es lo que provocó, según su relato, que se calificase a a Andalucía como Región con Objetivos de Transición, con un PIB per capita superior al 75% de la media de la Unión, "a sabiendas de que desde el año 2010 estábamos por debajo, y en 2014 a 10 puntos de distancia". Y cifró el coste: un 23% de fondos estructurales, casi 3.000 millones de euros en el momento que más falta hacían. No sólo cargó contra la Unión Europea , sino también contra el Ejecutivo anterior del PP, que asumió "con entusiasmo" esa estrategia.

Arellano advirtió de que se están perdiendo los vientos de cola que han sustentado la recuperación, pese a lo que mantuvo que para 2019 Andalucía crecerá el 2,4%, y que sí se cumplirá el incremento del 2,7% para 2018.

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