Música de cine

Muere André Previn, el genio que derribó fronteras y prejuicios

  • El creador de bandas sonoras como 'Irma la dulce' o 'Bésame, tonto' compuso en una clave jazzística inusual en hollywood

André Previn, en un concierto en Valencia en 2002.

André Previn, en un concierto en Valencia en 2002.

La poderosa música de los arrolladores títulos de crédito de Conspiración de silencio (Sturges, 1955) era suya. Las elegantes, brillantes e inteligentes orquestaciones de La bella de Moscú (Mamoulian, 1957), Gigi (Minnelli, 1958) y My Fair Lady (Cukor, 1964) eran suyas. Las bandas sonoras de El fuego y la palabra (Brooks, 1960), Los cuatro jinetes del Apocalipsis (Minnelli, 1962) o Irma la dulce y Bésame, tonto (Wilder, 1963 y 1964) eran suyas. Era André Previn, el gran pianista, director de orquesta y compositor fallecido este jueves a los 89 años.

Aunque los compositores que trabajan para el cine deben demostrar una adaptabilidad de contorsionista y un conocimiento profundo de todos los estilos, no deja de asombrar que se moviera con tanta seguridad en los duros dramas raciales o psicológicos del cine moderno americano, componiendo en una clave contemporánea o jazzística infrecuente en Hollywood, o en los sofisticados musicales de Cole Porter o Frederick Loewe. Como asombroso es que triunfara a la vez -derrotando prejuicios y fronteras- en la música clásica, el jazz y la música de cine como compositor, pianista y director de orquesta. Nadie lo ha logrado. Hay una explicación: André Previn y su familia, judíos alemanes huidos del nazismo, fueron acogidos en Los Ángeles por su tío abuelo Charles Previn, compositor en los estudios Universal, y se formó a la vez en la música clásica -piano, composición y dirección- y en el jazz.

Arthur Freed lo fichó en 1948 para el departamento musical de la Metro, donde trabajó junto a los más grandes orquestadores de Hollywood como Conrad Salinger o Johnny Green, iniciando a finales de los 50 su carrera independiente. Desde 1957 comenzó a grabar discos de jazz con Benny Carter, Barney Kessel, Shelly Manne, Shorty Rogers, Dizzy Gillespie o Ella Fitzgerald. Y en 1968 sucedió a Sir John Barbirolli como director titular de la Houston Symphony Orchestra, siendo posteriormente titular de la Pittsburgh Symphony, la London Symphony y la Royal Philarmonic. Nadie ha acumulado tantos éxitos y premios como pianista, director, orquestador y compositor en los tres mundos del clásico, el jazz y el cine. Con tiempo para todo, estuvo casado cinco veces (su tercera mujer fue la actriz Mia Farrow y la quinta la violinista Anne-Sophie Mutter), consiguió ocho Grammy y junto a John Williams y Alfred Newman fue el compositor más veces nominado al Oscar, que obtuvo en cuatro ocasiones.

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