JFK: Caso revisado | Estreno en Movistar+

Una obsesión norteamericana

Una imagen de la famosa filmación de Zapruder que documental el asesinato de Kennedy.

Una imagen de la famosa filmación de Zapruder que documental el asesinato de Kennedy.

Treinta años después de JFK: Caso abierto, posiblemente su mejor película, Oliver Stone regresa al magnicidio del presidente John F. Kennedy en formato documental e intentando aportar más datos y fuentes, ahora por fin desclasificados y accesibles, que puedan completar su versión de los hechos ya expuesta en aquella ficción y, sobre todo, refutar radicalmente la versión oficial de la Comisión Warren que certificaba a un asesino único (Lee Harvey Oswald) y sostenía la famosa y a todas luces inverosímil teoría de la bala mágica.

Stone maneja con cierto espíritu trilero la retórica del thriller documental y ensambla con astucia y efectismo sus abundantes materiales de archivo y los testimonios expertos en un montaje ágil y dinámico impulsado y subrayado dramáticamente por la música de Jeff Beal. El resultado, sin duda entretenido y de digestión rápida, es un formato didáctico y algo redundante al que tal vez le hubiera venido bien algo de reposo en la presentación de sus documentos y pruebas incriminatorias de la más que probable participación de la CIA y el FBI en el complot interno que acabó con la vida del presidente en Dallas un 22 de noviembre de 1963.

Al fin y al cabo, este JFK: Caso revisado no termina de revelar la responsabilidad última del crimen, sino que insiste, siguiendo el hilo de los investigadores, forenses, políticos y periodistas que llevan estudiando a fondo el caso desde hace casi 50 años, en señalar que la verdad oficial que conocemos no responde sino a una compleja cadena de contradicciones, falsificaciones, encubrimientos, intentos previos y movimientos en las altas esferas del poder del viejo orden para derrocar por la vía expeditiva al que, a los ojos siempre algo idealistas de Stone, fue el mejor presidente (norteamericano) de todos los tiempos y el que, de no haber sido asesinado, hubiera cambiado el destino del mundo y su geopolítica.