Cinco lobitos | Critica

De hijas a madres y vuelta a empezar

Susi Sánchez y Laia Costa, premiadas en Málaga por sus trabajos en el filme.

Susi Sánchez y Laia Costa, premiadas en Málaga por sus trabajos en el filme.

Y tras Alcarràs, Cinco lobitos. El nuevo cine español hecho por mujeres viene con viento favorable en esta coyuntura industrial que empieza a dar visibilidad a otros modelos realistas y a historias contadas desde otros puntos de vista. También presente en Berlín (Panorama) y gran ganadora del pasado Festival de Málaga, donde se hizo con la Biznaga de Oro y los premios al mejor guion y mejores interpretaciones femeninas, la primera película de Alauda Ruiz de Azúa, experimentada cortometrajista, viene a hablar de la maternidad, de otras maternidades, en estos tiempos de trabajo precario, inestabilidad sentimental, conciliación inviable, vida nómada y debilidades de ánimo.

Un filme partido en dos que asume en su primer tramo una mirada fiel y llena de pequeños detalles al duro proceso de la crianza de un recién nacido y cómo ésta afecta a las dinámicas de pareja, sus roces y desgaste. Ya en el segundo, el filme nos traslada a la casa familiar de nuestra protagonista (Laia Costa) en el País Vasco que redobla sus reflejos y temas en la relación adulta entre la hija y la madre (Susi Sánchez, componiendo un personaje seco) ante la mirada y las acciones de dos hombres, suegro y yerno, arrastrados por la fuerza de esas dos mujeres.

Cinco lobitos se mueve así entre el costumbrismo y el drama familiar con una voluntad de capturar la vida en todos sus matices, detalles íntimos y aristas, un filme salido sin duda de la experiencia cercana que busca mostrar ese relevo e intercambio de roles entre hijas y madres que repite gestos, cuidados y también errores, un filme algo descompensado que se cuida en todo caso no hacer demasiado simpáticas a sus criaturas, que rumian sus frustraciones entre dientes, cigarros o estallidos cuando la tensión se hace insostenible.

Tal vez algo explícita en sus trazos de escritura, sus anticipos y su resolución, Cinco lobitos asume la maternidad, las relaciones de pareja y los vínculos paterno-filiales en estos tiempos líquidos para confrontarlos con la generación anterior, en un diálogo (de sangre) destinado a la asunción del entendimiento y a la comprensión de los ciclos vitales.