Crítica 'Cinco metros cuadrados'

El cine español ante la crisis

Cinco metros cuadrados. Comedia dramática, España, 2011, 92 min. Dirección: Max Lemcke. Guión: Pablo y Daniel Remón. Fotografía: José David Montero. Música: Pablo Velázquez. Intérpretes: Fernando Tejero, Malena Alterio, Emilio Gutiérrez Caba.

Hemos dudado a la hora de atribuirle género a esta película en la ficha. Y es que no nos queda muy claro cuál es realmente el tono que pretende manejar Max Lemcke en su segundo largo tras Casual day, premiado en el último Festival de Málaga. Con la crisis inmobiliaria y económica en su epicentro, Cinco metros cuadrados se propone como un descenso a los abismos kafkianos del sinsentido burocrático-administrativo desde la perspectiva de una pareja de curritos (Fernando Tejero y Malena Alterio, one more time together) cuyos sueños de felicidad de clase media se ven drásticamente truncados cuando la constructora que edifica su piso de recién casados paraliza las obras y se queda con el dinero anticipado.

Atravesada por el patetismo proletario y el maniqueísmo de la buena gente honrada frente a los especuladores sin escrúpulos, la cinta asume el camino del exceso argumental para poner al espectador ante un espejo deformante de la realidad nacional, apuesta que se lleva por delante la suspensión de la credibilidad hasta unos extremos, final incluido, que resultan harto contraproducentes. Si a ello le añadimos la inevitable tendencia al parloteo recitado de sus populares intérpretes y una puesta en escena funcional que no pone un centímetro de distancia o desvío que nos alerte del quiebro esperpéntico, habremos de concluir que por muy buenas intenciones, mucha denuncia y algún que otro acierto en su dictamen sociológico que hayan impulsado el proyecto, la película fracasa irremediablemente.

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