maribel verdú. actriz

"Si Gerardo me dice ven, lo dejo todo"

  • La intérprete regresa a la cartelera como protagonista de 'El faro de las orcas', la cinta del director cordobés Gerardo Olivares

Maribel Verdú, una de las actrices más célebres del cine español.

Maribel Verdú, una de las actrices más célebres del cine español. / efe

Maribel Verdú, una de las presencias más célebres del cine español (El año de las luces, Amantes, Belle Époque, Carreteras secundarias, La buena estrella, Siete mesas de billar francés, Los girasoles ciegos, Blancanieves, Felices 140...), protagoniza la nueva película de Gerardo Olivares, El faro de las orcas, preestrenada este jueves en la Filmoteca de Andalucía y que ahora llega a las salas. Verdú es Lola, la mujer que cruza el mundo para que su hijo autista, Tristán (Quinchu Rapalini), conozca a Beto (Joaquín Furriel), un guardafauna que tiene una relación muy cercana con las orcas de la Patagonia. La madrileña lamenta no estar hoy en Córdoba: tiene compromiso teatral (Invencible) en Ciudad Real.

-¿Qué pensó cuando leyó el guión de la película?

-Me conmueve, me parece distinta, está basada en un hecho real y me deja muy alucinada. Luego ya conozco al director, toda su trayectoria de documentalista, sus películas de ficción, y la verdad es que ha sido uno de los viajes en todos los sentidos más maravillosos de mi vida.

-Y más largos, hasta la Patagonia...

-Una de las experiencias de mi vida. Nos cambió a todos los que hemos hecho la película.

-¿Cómo fue el proceso de preparación del personaje y qué grado de identificación ha tenido con él?

-Realmente sentí desde el comienzo una empatía increíble con Lola, es un personaje al que adoro desde el principio. Luego estuvimos trabajando en Buenos Aires con el niño y con los coach que tenía, la psicóloga especializada en niños autistas..., porque su comportamiento tenía que ser absolutamente natural, rutinario, sin nada extraordinario. Al ser un niño de nueve o diez años, esa madre ya ha llorado lo suficiente, ya se ha desesperado, y ahora es todo ya rutinario, natural. Así nos lo planteamos. He aprendido muchísimo.

-Usted ha conocido a muchos directores. ¿Cómo ha sido el trabajo con Gerardo Olivares?

-Gerardo Olivares es equivalente a buenrollismo, a decir: si Gerardo me dice ven, lo dejo todo. Es un director maravilloso, como director, como persona, por el ambiente que crea... Es un compañero más, humano por encima de todo. Sabes que si pasas diez o doce horas de rodaje con él vas a estar riéndote todo el rato.

-Dijo en la rueda de prensa de Madrid que una de las cosas que valora de El faro de las orcas es su radio de alcance, para todos los públicos...

-Totalmente. Es una peli para que vayan todas las familias, abuelos, niños..., todo el mundo a verla. Aunque el estreno coincide con el de la nueva de Star Wars... Ay, Dios mío, si no es una cosa es otra. Pero que nos quiten lo bailao y lo que hemos disfrutado haciéndola. Y sobre todo saber que tengo en mi vida gente como Furriel, como Quinchu, mi niño, como Gerardo Olivares... Son regalos.

-Y Beto...

-Y Beto, por supuesto. Decíamos esta mañana [ayer para el lector] Furriel y yo: oye, es que se pueden seguir contando historias de Beto. Así que ahí estamos él yo para contarlas...

-¿Hacen falta más películas como El faro de las orcas?

-Sí, hacen falta más. Documentales hay muchos, pero no hay tantas películas que tengan como esta una mezcla de ficción, documental, naturaleza, esos paisajes, esa belleza, esa estética... Y los valores que tiene la película, que hace que te plantees acerca de lo importante que es el contacto con el mundo animal y con la naturaleza, lo que nos da y todo lo que le quitamos.

-Decía Furriel que es la primera de sus películas que va a poder ver con su hija...

-Yo le estoy diciendo a todo el mundo: por favor, id a ver esta película porque creo que es la primera que hago que pueden ver todos los públicos...

-¿Qué proyectos tiene en la agenda?

-Estoy desde septiembre con Invencible, una función dirigida por Daniel Veronese. Desgraciadamente no vamos con la gira a Córdoba, me da una penita... Estuvimos de gira por el norte, luego en los Teatros del Canal cuatro semanas y ahora seguimos de gira por toda España hasta justo antes de Semana Santa. Estamos danzando de aquí para allá, que es lo que más me gusta del mundo: rodar con Gerardo Olivares y hacer teatro [risas].

-¿Qué le parecen las candidaturas a los Goya?

-Yo veo todas las películas, me encantan la de Sorogoyen, la de Raúl Arévalo, la de Alberto Rodríguez..., pero echo de menos profundamente a Kiki: vemos, como siempre, que la comedia en este país..., no hay manera. Menos mal que Billy Wilder no nació aquí. Es tremendo. Kiki no es solo una comedia, es una película que ahonda en cosas tan bestiales... Ahora mismo es un sueño trabajar con Paco León: me parece uno de los talentos más importantes que hay ahora en este país. Kiki debería estar con 20 nominaciones.

-Y su forma tan singular de entender el humor... Tiene una mirada propia.

-¿Verdad que sí? Una mirada única, con una estética, una clase. Fíjate, con los temas de los que habla podría haber hecho una ordinariez...

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