Crítica 'El principito'

Fiel a la vez que original recreación de un clásico

El principito. Animación, stop-motion. Francia, 2015, 106 min. Director: Mark Osborne. Guión: Irena Brignull (Novela: Antoine de Saint-Exupery). Música: Richard Harvey, Hans Zimmer.

Es irritante la pedantería de quienes desdeñan lo muy conocido y divulgado. Le pasó a Murillo, el Adagio de Albinoni, el concierto 21 para piano y orquesta de Mozar o El principito. Un famoso pedante, que disfrutaba de Mahler cuando lo oían pocos y lo aborreció cuando Muerte en Venecia lo divulgó, pronunció esta sentencia: "Ahora que Mahler está de moda hay que oír a Bruckner". Imbécil. El cultivo de lo raro como distinción es tan asqueroso como cualquier otra forma de clasismo.

Es cierto que la aproximación a lo muy conocido requiere un enorme esfuerzo para no incurrir en tópicos manidos que hagan más mal que bien a la obra. Los inmensos talentos unidos de Stanley Donen, Bob Fosse y Frederick Loewe no pudieron impedir que su versión musical de El principito fuera un fiasco. ¡Pero si son el director de Cantando bajo la lluvia, el coreógrafo de Cabaret y el compositor de My Fair Lady! Pues se estrellaron al no ser capaces de contemplar la obra maestra de Saint-Exupéry con ojos nuevos. Este maravilloso cuento, genialmente ilustrado por el autor, no ha tenido la suerte que otras obras suyas, desde muy temprano, tuvieron en el cine. Antes de su muerte en 1944 Hollywood había adaptado Vuelo nocturno en 1933, dirigida por Clarence Brown e interpretada por John Barrymore, Helen Hayes, Clark Gable y Mirna Loy; Pierre Billon había rodado Correo del Sur en 1936 y ese mismo año el propio escritor colaboró con Alexander Korda en La conquista del aire, con Laurence Olivier, y escribió el guión de Anne Marie, en la que la diva Annabella interpretaba a una mujer que quería ser piloto.

El principito fue publicada en Estados Unidos en 1943 y en Francia en 1946, tras el final de la guerra, cuando Saint-Exupéry ya había desaparecido en acción de guerra junto a su avión en el Mediterráneo el 31 de julio de 1944. Ha sido adaptada a la televisión en 1954, 1960, 1965, 1966, 1978, 1979, 1990 y 2012; y llevada al cine en la fallida versión de Donen en 1974. Este interés es lógico: tras la Biblia se trata de la obra de ficción más vendida y traducida. Pero no es fácil hacerlo. Además de que se pueda dar por sabida, la encantadora perfección de las ilustraciones de Saint-Exupéry hace que pueda parecer también vista; los dibujos están tan unidos al texto que es fácil caer en el cuadro viviente a la vez que imposible evitarlos. Sucede lo mismo que con las ilustraciones de Phiz y Cruikshank para Dickens, que definieron para siempre sus personajes.

El primer gesto de talento de los guionistas Irena Brignull y Bob Persichetti, y sobre todo del realizador Mark Osborne, ha sido desdoblar la historia -por un lado el cuento y por otro la niña que lo descubre narrado por el propio Saint-Exupéry, que no desapareció con su avión como todo el mundo cree- y tratar con técnicas distintas los dos niveles. Animación digital para el presente y stop motion para el cuento. Lo digital para el hoy en el que la niña descubre el relato (detalle importantísimo porque convierte el tan conocido libro en un descubrimiento, recordando a los pedantes que siempre hay quien lo lee por primera vez); y la añorada, clásica y trabajosa técnica de la stop motion, o animación de muñecos plano a plano, a través de la que se representa el cuento, guardando una fidelidad no servil a las ilustraciones de Saint-Exupéry (que se homenajean en el emocionante y bello prólogo).

Con un eco de Mi tío -la contraposición entre la vieja imaginación poética y un mundo despersonalizado: el aviador y su destartalada casa sobreviviendo entre arquitecturas adocenadas, la imaginación de la niña y la obsesión de su madre por educarla para el éxito-, Brignull y Osborne basan toda la película en esta lucha entre la poesía de El principito y la realidad aparente. Al final ganará lo esencial que, como es sabido, es invisible a los ojos. ¿Engañosa fuga poética a un mundo de ensueño que niega la realidad? No se olvide que Saint-Exupéry fue un piloto aventurero, autor de Tierra de hombres o Vuelo nocturno y un combatiente que dio su vida luchando contra el nazismo. Los ideales que propone este cuento no son una fantasía, sino una forma de afrontar la realidad.

Lleven a sus hijos y si pueden véanla los mayores en versión original con las voces de Jeff Bridges, Marion Cotillard, Benicio del Toro, Rachel MacAdams, James Franco, Paul Giamatti y Ricky Gervais. Es un lujo oírlas fundidas con la excelente banda sonora de Richard Harvey y Hans Zimmer.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios