La directora de orquesta | Crítica

'Biopic' europeo al estilo Hollywood

Fotograma de la cinta holandesa interpretada por Christanne de Bruijn.

Fotograma de la cinta holandesa interpretada por Christanne de Bruijn.

Una historia real llena de fuerza y por ello de posibilidades dramáticas se ve reducida a un correcto biopic con cierto aire de telefilm de sobremesa. Se trata de la vida de Antonia Brico (1902-1982), la primera mujer que dirigió la Filarmónica de Berlín tras luchar durante décadas contra la exclusión de las mujeres del podio de la dirección. Intérpretes sí, pero directoras no. La cosa, en estos tiempos, da para mucho. La película, en cambio, da lo justo. Una puesta en imagen cuidada hasta el exceso, lo que la hace caminar -cosa muy común en el cine europeo de qualité- bordeando el preciosismo algo amanerado, cuenta esta dura lucha con cierta blandura que se refleja incluso en la elección de la intérprete. Christianne de Brujin hace una buena interpretación, pero si ven fotografías de Antonia Brico comprenderán que esta película holandesa ha obrado la misma conversión que tanto se criticaba en los biopics de Hollywood al embellecer a sus protagonistas. Se le puede reprochar también un tratamiento tópico casi hasta lo caricaturesco de los hombres: no todos eran blandos memos o cerrados machistas.

Por qué hay tantas mujeres en las orquestas y tan pocas en los podios dirigiéndolas era un buen tema para, a través de la vida de esta interesantísima mujer, insistir en las actuales reflexiones sobre la discriminación. La directora holandesa Maria Peters, que ya rodó otra historia de mujeres que rompen tabús -Sonny Boy: el amor venciendo al racismo-, ha logrado un producto valioso por divulgar entre el gran público la interesante figura de Antonia Brico y por rescatar la memoria de la lucha de las mujeres por la igualdad incluso en los ambientes que en principio debían ser más abiertos por ser más cultos. Pero excesivamente supeditado a los clichés del biopic preciosista. La música, como es lógico, estupenda. La pasión de Antonia por ella como único centro de su vida está bien narrada.

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