La única persona que cumple condena por la muerte de un joven en la Cortadura del Valle, en enero de 2007, exculpó ayer en su declaración ante la sala de la Sección VI de la Audiencia, al último acusado que queda por juzgar para aclarar esta historia. Se trata de Antonio G.A., quien ya el pasado 25 de marzo se sentó en el banquillo para negar cualquier tipo de relación con la causa. Resultaba, no obstante, clave la testifical de Nafih, el autor confeso del crimen, que fue condenado por la misma sala a 16 años de prisión, en la vista celebrada en mayo de 2008.

Pues bien la declaración de Nafih sirvió para que volviera a exculpar a Antonio, negando que le hubiera hecho entrega de la escopeta que empleó para matar al joven Hamza. Una escopeta que no sabía cargar porque nunca había hecho uso de arma alguna y que, según declaró en su primera manifestación ante la Policía, había sabido emplear gracias a la colaboración de Antonio. Nunca más volvió a mentar este nombre. Ayer Nafih aseguró que si le acusó en su día fue porque se llevaba mal y que lo que dijo lo hizo bajo los efectos de las drogas.

Nafih estuvo seguro en todo momento de que Antonio nada tenía que ver y de que la escopeta la cogió él solo de un descampado porque había rumores en el barrio de que se había robado un arma y que se había depositado en ese lugar. Eso lo recordaba, de lo que no estaba tan seguro es de lo que pasó aquel enero de 2007. "No me acuerdo de nada de ese día", insistió en varias ocasiones. "Pero sé que no son ellos", matizó, en alusión a Antonio y a Hansa Mohamed, las dos personas que resultaron acusadas por colaboración en el homicidio por la testifical de Nafih ante la Policía.

Nafih, al igual que hiciera en la vista de mayo de 2008 tras la que salió condenado, declaró que había matado al joven Hamza porque le hacía la vida imposible.