Cofradías

Una Cuaresma de tensa calma

  • La preparación a la Semana Santa se está desarrollando con total normalidad

  • Las cofradías se encuentran inmersas en los preparativos

Mesa petitoria en un besamanos en la Catedral de Jerez.

Mesa petitoria en un besamanos en la Catedral de Jerez. / Manuel Aranda (Jerez de la Frontera)

Nadie lo hubiera presagiado hace tan sólo un mes. Fueron días de falta de acuerdo entre dos grandes cofradías de la Madrugada. Por un lado, las Cinco Llagas reivindicaba su derecho al paso por la carrera oficial con el mayor silencio posible. Este requerimiento tenía como base unas ordenanzas aprobadas en un pleno de hermanos mayores que acordaban que las bandas que antecedieran las cruces de guías tenían que retirarse en la carrera oficial. El Nazareno no cumplía con la norma de ‘obligado cumplimento’ argumentando cuestiones históricas y de tradición. Y en estas estaban las cofradías incluso los primeros días de la Cuaresma, cuando en el pleno de toma de hora se daba por sentada la falta de entendimiento. La solución final parecía que estaba en los diez minutos de ‘vacío’ entre una y otra. Finalmente, el primer viernes de Cuaresma, venía el capítulo final y el Santo Crucifijo ofrecía en bandeja la solución: El Nazareno pasaba a ser segunda de la jornada y en este caso la banda irá tras el palio de la Encarnación.

Una vez solventado el problema, llegó la Cuaresma y con ella la tranquilidad. Una Cuaresma que está siendo curiosamente demasiado aplacada. Ahora que se llega el ‘ecuador’ de este tiempo preparatorio, tan sólo queda desde el punto de vista informativo la agenda con los actos que organizan las hermandades y que en su mayoría son clásicos.

Ya desde estas páginas cofrades se adelantó que sería una Semana Santa de transición. Si la tónica en los días de procesiones es la misma que la que se está llevando en la Cuaresma nos queda lo que ya se presuponía. Tranquilidad y elegancia en los cortejos procesionales. Pocas noticias y la actividad justa para llegar a ese Domingo de Ramos con el que todos los cofrades sueñan. Y es que parece que de tanta actividad en el resto del año, cuando llegan los días de verdad, las cofradías se encuentran exhaustas. Como si todo fuese un procedimiento del que se quiere salir pronto.

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