A todos les sonará la calle Ferraz porque junto con Génova son los dos nombres del callejero madrileño más nombrados en las tertulias, informativos y programas de índole política que resuenan a diario en las radios y televisiones patrias.

Pero no sólo los socialistas tienen casa en esta calle capitalina pegada al famoso parque del Oeste, sino que los jerezanos también, y no es otra que el restaurante ‘El Arca’, fundado y regentado por nuestro paisano el chef Gabriel Benítez.

Hace dos años, en el 2017, este joven emprendedor – después de haberse curtido en cocinas de prácticamente toda la península – decidió dar el paso y al igual que Noé, se embarcó sin mirar atrás y montó su particular ‘Arca’, plagada de saber hacer, recetas originales y mucho sabor jerezano.

Gabriel, a sus sólo 37 años de edad, puede decir con orgullo que lleva ya más de “veintitrés años metido en una cocina” ya que, como él cuenta, “desde que terminé la EGB tuve claro que lo mío era ser cocinero y para ello a los 14 años comencé la formación profesional de cocina y hostelería, y hasta hoy”.

Una vez terminados sus estudios de cocina –que compaginó con trabajos en los reconocidos Alfonso Catering y Venta Antonio de nuestra ciudad– entendió que para avanzar y seguir aprendiendo debía salir de casa por lo que, después de diversos empleos por la zona, decidió dar el salto y, gracias a la cadena hotelera Barceló, durante ocho años pasó por prácticamente toda la geografía española. “Empecé como jefe de partida –una especie de jefe de sección– en Montecastillo, pero luego el hotel me fue enviando como segundo de cocina y jefe de cocina a muchos sitios distintos: Sancti Petri, Benidorm, San Sebastián, Bilbao e incluso Huesca”.

Esta última estancia en Huesca fue un punto de inflexión para él ya que allí conoció a la que hoy es su esposa y socia en su actual aventura madrileña, Michelle.

En su afán de aprendizaje, Gabriel decidió bajar de Aragón a Madrid. Y ahí, no sin dificultades, acabó trabajando, entre otros, con Sergi Arola y con el triple estrella michelín, David Muñoz. “Estuve yendo a su restaurante todos los días durante dos semanas hasta que aceptó cogerme en prácticas”.

Después de este “máster” particular, los mejores lugares de la capital reconocieron su valía y acabó pasando por las cocinas más renombradas del Madrid histórico, las de los exquisitos hoteles Palace, Ritz y Wellington. Un triplete inmejorable.

Tras conocer su paso por tantas y tan exquisitas cocinas entiendes el motivo por el que los platos de su actual restaurante son todos auténticos manjares. La cocina actual de Gabriel –que él te combina con todos los tipos de vino de jerez, desde el fino al PX– es una cocina de autor con la mejor materia prima en la que no faltan ni los toques andaluces –las tortillitas de camarones son insuperables– ni algo que es muy destacable en un restaurador de su categoría: una combinación perfecta entre calidad y cantidad. No escasea en ninguna de las dos, algo digno de reconocer y difícilmente equiparable en el panorama hostelero actual.

Desde que abrió su restaurante, Gabriel no ha podido irse ni un solo día de vacaciones, pero no puede evitar sonreír cuando recuerda sus años de costalero en los Judíos de San Mateo, sus veranos en Zahara o a su querida abuela de la que, según dice, “aprendí a cocinar y a escoger siempre los mejores ingredientes”.

Resulta reconfortante descubrir entre la jungla madrileña a un jerezano como Gabriel Benítez. Trabajador, profesional y valiente, que se está abriendo paso en este difícil mundo, en la ciudad más difícil de todas, y que se merece el mejor de los éxitos.

Es por ello por lo que, si quieren probar unas ostras al carbón ahumadas con caviar de trufa, un rico rabo de toro estofado al oloroso de jerez o una inmejorable tarta de queso payoyo, no duden en pasar por la casa de Gabriel, representación jerezana en pleno centro de Madrid.