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Prepárate para la entrevista de trabajo

  • Transmitir seguridad e interés es importante durante esta fase del proceso de selección. Conocer los puntos fuertes y debilidades de uno mismo ayuda a mantener la calma ante el entrevistador

La entrevista de trabajo es una de las fases principales del proceso de selección de personal. Desde el punto de vista empresarial, el objetivo del entrevistador es profundizar en la información del currículum del candidato, ampliar y completar datos, así como conocer al aspirante y analizar su adecuación al puesto ofertado y a la organización. Para el entrevistado, se trata de demostrar su valía para obtener el empleo y es una manera de conocer la empresa y las características del puesto.

 

Hay muchas modalidades de entrevistas de selección. Puede ser individual o colectiva, con uno o más entrevistadores, puede ser presencial, por teléfono o por videoconferencia, que siga la fórmula de pregunta-respuesta, que valore los conocimientos técnicos de la profesión o que ponga a prueba la capacidad de aguante del entrevistado (entrevista de choque o tensión).

 

Como norma general, el candidato tiene que preparar las entrevistas de trabajo antes de presentarse a ellas. Las guías de empleo recomiendan revisar nuestro currículum para ser capaz de responder a las aclaraciones que pida el entrevistador, así como informarse sobre la empresa en cuestión y sobre las características del puesto. Las páginas web de las empresas son una importante fuente de información, al igual que preguntar a conocidos que sepan cómo funciona la entidad. La clave es saber qué busca la empresa para adecuar las respuestas a lo que el entrevistador quiere oír.

 

Los tipos de entrevistadores también son variados, y cada uno tendrá una manera de llevar la entrevista. Si la hace una empresa de selección, el entrevistador, normalmente un psicólogo, tendrá el objetivo de valorar si la formación y personalidad del entrevistado se ajustan a lo que pide la empresa. Puede hacerla también el responsable de recursos humanos de la organización que contrata. Éste es el tipo de entrevista más completa, pues son profesionales que conocen las técnicas de la entrevista, el perfil del puesto ofrecido y las características de la empresa. Analizará la formación, capacitación, personalidad, motivación, capacidad de integración y compatibilidad con la entidad. Por último, el entrevistador puede ser el jefe directo, que no es experto en la mecánica de la entrevista pero que evaluará tu profesionalidad y la idoneidad de trabajar contigo.

 

Preparación previa

Antes de la entrevista, se puede hacer un listado de posibles preguntas que puede hacer el entrevistador y ejercitarse en responder de forma adecuada. También es aconsejable apuntar las dudas que tengamos sobre la empresa y el puesto, para formularlas durante la entrevista. Reflexiona sobre tus cualidades, puntos fuertes y lo que puedes aportar a la empresa.

 

Para presentarse en la entrevista, es bueno llevar una copia del currículum que nos sirva de guía. También es el momento de llevar los títulos, dosieres de trabajos y referencias por si el entrevistador los pide.

 

Básicamente, es fundamental ser puntual, o llegar algunos minutos antes de la hora concertada, cuidar la higiene personal y llevar una vestimenta apropiada: formal y discreta. No es obligatorio vestir de traje, pero sí adecuar la ropa al estilo de la empresa y del puesto al que se opta, con naturalidad y comodidad. Los perfumes fuertes y maquillajes llamativos no se recomiendan.

 

Según recoge la guía práctica de orientación al empleo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), en general, las empresas valoran de forma positiva a las personas desenvueltas, agradables, con iniciativa y confianza en sí mismas, capaces de solucionar problemas y plantear soluciones, tolerantes al exceso de trabajo. Por el contrario, las personas pasivas, conflictivas, maleducadas, de apariencia descuidada, arrogantes, con actitud defensiva, excesivamente ansiosas o con formación insuficiente no están bien valoradas.

 

Durante la entrevista, hay que mantener una actitud relajada y cordial, con confianza. Saluda al entrevistador con un apretón de manos firme, mirándole a los ojos y tratándole de usted. Las normas de educación aconsejan ceder el paso antes de entrar en la habitación donde se celebre la entrevista y sentarse sólo cuando el entrevistador dé su permiso, ya que es el que lleva el ritmo del encuentro.

 

A la hora de valorar tu candidatura, hay que enfatizar las funciones y conocimientos adquiridos en anteriores experiencias laborales así como los logros conseguidos. Es muy posible que te pregunten por tus puntos fuertes y tus debilidades, como una manera de evaluar tu capacidad crítica y sinceridad, así como por tus actitudes, habilidades y capacidades a la hora de trabajar. Para valorar tu motivación, harán preguntas sobre tus objetivos profesionales, tus deseos de promoción o sobre tus aficiones. Te preguntarán por qué te interesa el puesto en cuestión y cómo has conocido la oferta.

 

Puedes demostrar tu interés interviniendo con un comentario o planteando una duda, aprovechando un momento apropiado y sin interrumpir. Lo mejor es ser honesto, para dar una idea lo más fiel posible de lo que eres capaz de hacer. Mostrarse seguro de uno mismo no quita para ser humilde.

 

Consejos

No memorices las respuestas. Durante la entrevista, mantén una actitud atenta y comprensiva, con pequeños gestos de asentimiento, contesta de forma directa, sin dudar; evita expresar prejuicios y procura no dar explicaciones innecesarias que te puedan perjudicar. Hay que cuidar tanto las expresiones verbales como las no verbales (expresiones faciales, corporales, entonación, gestos). Siéntate correctamente en la silla, recto, relajado y sin cruzar los brazos, porque da a entender una actitud a la defensiva. Evita mirar el reloj, pues denota impaciencia o nerviosismo, y apaga el móvil antes de empezar la conversación. Beber alcohol antes de la entrevista, fumar o masticar chicle durante ésta está completamente desaconsejado. No abordes asuntos como el salario o las vacaciones, porque da mala impresión al entrevistador, a no ser que te pregunte directamente. Céntrate en el puesto de trabajo. Es recomendable no criticar a empresas y compañeros anteriores, porque puede interpretarse como que no somos de confianza.

 

Pueden interesarse por los medios que hemos usado para encontrar trabajo y así valorar nuestros recursos e interés. Ante la búsqueda de empleo, no hay que mostrar pasividad o pesimismo.

 

Cuando acabe la entrevista, dedica un tiempo para reflexionar y apunta las impresiones que has tenido. Para las siguientes entrevistas te será útil recordar qué te han preguntado y qué has contestado.

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