Campo de Gibraltar

El temor al Brexit vuelve con las colas en la Verja entre La Línea y Gibraltar

  • Los trabajadores detectan un aumento de las esperas, a dos meses del fin del periodo de transición, que relacionan con la falta de recursos en la Aduana y los preparativos para las nuevas exigencias en el paso

Colas en el acceso a Gibraltar el pasado mes de agosto.

Colas en el acceso a Gibraltar el pasado mes de agosto. / Nacho Marín

Quedan solo dos meses para que termine el periodo de transición del Brexit y desde el primer día de 2021 el paso fronterizo entre La Línea y Gibraltar separará a la Unión Europea (UE) de un territorio británico con leyes distintas. Los gibraltareños se convertirán en ciudadanos de terceros países para la UE y, por lo tanto, estarán sujetos a un régimen de control diferente. Lo mismo sucederá con los españoles. Quedan exactamente dos meses y todavía no existe un acuerdo sobre cómo será la convivencia en la Verja, por donde cada día pasan miles de españoles que acuden a sus puestos de trabajo en el Peñón. A la incertidumbre generada por el fracaso en las negociaciones entre Reino Unido y la UE, los trabajadores suman desde principios de mes las dudas que les crean la reaparición de las temidas colas, que alcanzaron su punto álgido este jueves con una jornada de atascos, tanto en la entrada como en la salida, que se prolongó desde antes del mediodía hasta bien entrada la tarde. 

El jueves fue un día difícil que en opinión de la Asociación Socio Cultural de Trabajadores Españoles en Gibraltar (Ascteg) supone un mal augurio de lo que está por venir. Por la mañana ocurrió, según explica el portavoz, Juan José Uceda, un hecho curioso. El comunicado emitido tras la conversación entre el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el ministro principal del Peñón, Fabián Picardo, ocasionó más confusión que otra cosa. En el texto emitido por el Gobierno de Gibraltar se especificaba que el mandatario andaluz había garantizado al gibraltareño el "tráfico esencial" y de "los trabajadores" a pesar de las medidas restrictivas que anunciaría más tarde para combatir la crisis sanitaria del coronavirus. Unas declaraciones del alcalde, Juan Franco, no tuvieron el efecto aclaratorio deseado. Muchos gibraltareños interpretaron que el resto de ciudadanos de uno y otro lado sí podrían tener problemas y emprendieron la salida de la Roca para establecerse en sus segundas residencias. Eso atascó la salida hacia La Línea por la mañana y, aparentemente, también afectó algo cuando esos gibraltareños regresaron tras comprobar que el paso de la Verja estaba garantizado. Sobre todo porque el distrito sanitario del Campo de Gibraltar se encuentra en nivel 3 y ese no implica el cierre de los municipios. 

La salida de Gibraltar también se colapsó durante la mayor parte del día, pero por otros motivos. Varios, entiende Ascteg, que explica que la Agencia Tributaria solo habilita un carril que provoca un embudo con los seis que forman el serpentín de la parte gibraltareña. Además, considera la asociación que hace falta un refuerzo de 42 agentes de la Policía Nacional para afrontar los cambios que se avecinan y que éste ha sido denegado. Y que hay muchos policías nuevos que están, por un lado, adaptándose a las características de la Verja y, por otro, realizando un "entrenamiento" para cuando cambien las condiciones de paso. A poco que se detengan más coches de lo habitual en un momento de salida puntual se origina de nuevo el colapso. 

Los trabajadores españoles auguran que los controles serán, a partir del 31 de diciembre, "muy personales y más exhaustivos, lo que generará muchos problemas". A finales de septiembre las autoridades de Gibraltar publicaron una nota técnica en la que establecían una serie de recomendaciones para sus ciudadanos en el caso de que se produzca un Brexit sin acuerdo y tampoco se suscriban otros pactos que definan su relación con España. "Se aconseja a los gibraltareños británicos que se aseguren de estar en posesión de un pasaporte válido si tienen la intención de viajar al Espacio Schengen después del 31 de diciembre de 2020", advierte la Administración de Gibraltar en esta guía, que tiene tres páginas y que detalla en cinco epígrafes las nuevas condiciones.

Entre esas posibles consecuencias para los gibraltareños, en su calidad de nacionales de terceros países para la UE -sin perjuicio de los acuerdos para mitigarlas-, figuran el sellado de los pasaportes al entrar o salir del Espacio Schengen, el escaneado de documentos, un límite de estancia en el Espacio Schengen de 90 días en cualquier período de 180 días, la posibilidad de interrogar a los nacionales de terceros países sobre el motivo de su entrada en Schengen y las condiciones de su estancia, la posibilidad de comprobar que disponen de medios de subsistencia durante su estancia en Schengen e, incluso, la aplicación, a partir de 2022, del sistema de autorización previa de viaje ETIAS (similar al que se aplica para entrar en Estados Unidos).

"El status quo (lo que tenemos hoy en día) no es una opción y el Gobierno considera que es importante que la opinión pública y cada uno de los ciudadanos a título individual comprendan estas posibles consecuencias y cambios y empiecen a planificar en consecuencia sus propios asuntos personales si incluyen la necesidad de desplazamiento transfronterizo", avisó el Gobierno del Peñón, que trabaja en diferentes tipos de asociación entre Gibraltar y el Espacio Schengen que permitan una mayor fluidez del paso por la frontera de las personas a partir del próximo año.

Desde hace dos meses, el primer ministro británico, Boris Johnson, viene alentando el temor a un Brexit duro que tendría consecuencias impredecibles en la Verja. Los efectos ya empiezan a notarse. Y no son nada reconfortantes.

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